TOKIO KARÁ: Ganas de Juegos
Como estaba previsto una vez que ha comenzado la competición de los Juegos lo demás pasa a un segundo plano. Tener más de 30 competiciones simultáneamente y con deportes tan variados desde el monopatín a la doma ecuestre sólo se ven en los Juegos Olímpicos. La actividad es tan frenética que en un día se olvidan los éxitos o fracasos del día anterior.
Está quedando claro que los japoneses son muy buenos organizadores, que tienen casi todo planificado, incluso la llegada de tifones. El problema es cuando algo se sale de lo previsto, ahí son pésimos gestores y «cortocircuitan» ante la mínima improvisación como por ejemplo puede ser la dificultad de echarte gel en las manos si vas cargado.
Mientras tanto, al margen de la competición todo gira en torno a las medidas restrictivas para evitar contagios. La incongruencia de algunas medidas se hace evidente. La zona de Odaiba donde iba a estar el espacio para los aficionados al aire libre, permanece vacía con los impresionantes puestos que han preparado los patrocinadores; mientras tanto a su lado uno de los mayores centros comerciales cubierto sigue con su actividad diaria completamente lleno de gente. No se entiende que mientras están autorizados en Tokio la celebración de otros eventos deportivos como lucha libre en espacios cerrados con presencia de hasta 5.000 personas, se sigan viendo vacías las gradas al aire libre de muchos deportes. Hay ganas de Juegos, nada mas hay que fijarse en las aglomeraciones para ver a pasar a ciclistas en las competiciones de ruta, o en cualquier otro evento donde se puede contemplar el espectáculo desde el exterior, incluso esperando en los cruces cercanos a la villa olímpica a ver pasar los autobuses.
Por supuesto que aunque la estación estival ha disminuido la actividad en Tokio los transportes públicos siguen circulando llenos de personas y la vida sigue prácticamente normal si exceptuamos mascarillas, geles hidroalcohólicos y medidores de temperatura. No sería de extrañar que para los próximos días se permita la entrada a los estadios.
Y algo que resulta llamativo es que fuera de Japón se ven pocas imágenes de toda la actividad cotidiana de Tokio y de lo que sucede fuera de las sedes de competición, y esto tiene un motivo. La mayoría de los periodistas que han llegado a los Juegos están superando estos días sus dos semanas de cuarentena. No podían saltarse las estrictas medidas para ver lo que sucede fuera del entorno cerrado de los Juegos. El paso del tifón, salvo por el aumento de las olas del surf, ha pasado casi desapercibido. Calores sofocantes, tifones, … Para sentir de lleno Tokio sólo nos falta dentro de los Juegos un terremoto.