Un estudio sobre pobreza energética ayudará a actuar en la climatización de edificios

16/10/2016 - 14:49 Diana Pizarro

La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha realizado un proyecto pionero en el barrio de la Estación de Azuqueca.

Ahora que empezamos a notar las temperaturas otoñales, no pocos comenzarán a preocuparse por el incremento que registrarán sus facturas de la luz. Otros, sin embargo, ni se plantearán encender la calefacción cuando el termómetro lo exija. Ésa es la pobreza energética. En Azuqueca, la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha elaborado desde el pasado diciembre un proyecto piloto para conocer la situación en el barrio de la Estación del municipio.
    Para ello han realizado cerca de 100 encuestas a hogares, han monitorizado los consumos energéticos de cinco viviendas recomendadas por los Servicios Sociales y otras entidades, y han realizado un seguimiento de los mismos. Esto ha permitido conocer “mejor” la realidad de la pobreza “en los propios hogares que se encuentran en esta situación de vulnerabilidad”.
    El objetivo concreto era observar y cuantificar la pobreza y la vulnerabilidad energética en dichas viviendas. “Este hecho novedoso permitió solucionar una de las limitaciones con las que ACA se había encontrado en sus tres informes sobre pobreza energética a nivel estatal publicados hasta la fecha (2012, 2014 y 2016) y es el hecho de que no existen fuentes de datos ni encuestas que estén diseñadas específicamente para observar el fenómeno de la pobreza energética”.  
    Recientemente se presentó en Azuqueca el informe, según el cual el 32 por ciento de los hogares encuestados afirmó ser incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada, es decir, aproximadamente uno de cada tres no podía calentar sus hogares en invierno. De igual forma, el 12 por ciento de los hogares dijo haber tenido dos o más retrasos en el pago de las facturas de agua, luz o gas en los últimos 12 meses  por dificultades económicas. “Este porcentaje supera la media del país en el año 2014 que recogía el último informe de ACA (11 por ciento)”.
    Por otro lado, el 27 por ciento de las familias declaró tener presencia de goteras, humedades o podredumbre en sus viviendas. El 8 por ciento de los encuestados dijo no tener ningún tipo de sistema de calefacción, mientras el 30 por ciento tenía aire acondicionado. Un 23 por ciento de las familias encuestadas afirmaron destinar más de un 10 por ciento de sus ingresos a facturas energéticas.
    La Asociación de Ciencias Ambientales también realizó microauditorías energéticas “con el fin de conocer el comportamiento de los hogares en cuanto al uso de la energía, analizar el estado de su vivienda, tanto en términos de la envolvente térmica como en cuanto a sus equipos e instalaciones”. Además, se realizaron termografías infrarrojas en el exterior e interior de las viviendas que permitieron mostrar a sus ocupantes las zonas con mayores pérdidas de energía y las deficiencias del edificio.
    En el informe también se recoge el resultado de la monitorización y el seguimiento de los consumos energéticos. A este respecto, la potencia contratada por los hogares era, “por lo general”, superior a la necesaria, “asumiendo costes fijos más elevados independientemente del consumo realizado”. La asociación concluye que desconocían la existencia del bono social eléctrico y las condiciones para poder optar a él. “Contaban con tipologías de contratos no adaptados a los usos de la energía que realizaban, por ejemplo, tarifas con discriminación horaria que no aprovechaban al no encender los acumuladores de tarifa nocturna”.
    Con este diagnóstico en la mano, el Ayuntamiento de Azuqueca trabajará en el diseño definitivo de un plan de intervención en el aislamiento y la climatización de edificios, con el objetivo de avanzar en la eficiencia energética y en el ahorro para las economías domésticas. Se actuará principalmente en aquellas áreas residenciales surgidas en las décadas de los 60 y 70.