Una cuestión de Estado
Nos retratamos como sociedad. Nuestros actos hablan de nosotras y de nosotros; nuestras políticas, nuestros gestos nos posicionan a un lado o a otro de la historia.
La consecución de la igualdad real entre hombres y mujeres debe de ser tratada como una cuestión de Estado, y ocupar los primeros puestos de nuestra agenda política.
En el Día Internacional de la Mujer, y siempre, debemos dirigir todas las miradas hacia la lucha por la igualdad, porque no es un antojo; no es un capricho, es una de las mayores injusticias cometidas por la humanidad hacia las mujeres, que ha sido relegarlas, invisibilizarlas y subyugarlas desde tiempos inmemoriales.
Si por algo se caracteriza este Gobierno municipal es porque cree firmemente en que sólo podremos avanzar hacia una sociedad mejor y más justa si conseguimos que nuestros genes lleven el ADN de la igualdad. Y es así, educando desde la infancia y adolescencia, para que las nuevas generaciones no cometan los mismos errores.
Estos días hemos puesto en marcha diferentes actividades enmarcadas en los actos del 8M. Una de ellas ha sido ‘Algunas mujeres geniales’, que hemos llevado a los institutos para que nuestra juventud conozca que existen muchas mujeres que fueron pioneras y consiguieron grandes logros en los campos de la ciencia; la literatura; el arte, el activismo social, y que fueron silenciadas. Por eso hemos querido devolverles su dignidad y darles el protagonismo que se merecen, pero ahora y desde ahora.
Amelia Earhart, la primera mujer en sobrevolar el Océano Atlántico en 1928, decía: “lo más difícil es la decisión de actuar, el resto es meramente tenacidad. Puedes hacer cualquier cosa que decidas hacer; puedes actuar para cambiar y controlar tu vida; el proceso es tu propia recompensa.”
Las mujeres han superado todo tipo de limitaciones sociales y culturales para inspirarnos, para alumbrarnos el camino, y muchos de los progresos y avances que se han conseguido en el último siglo en materia de igualdad ha sido gracias a ellas, a su lucha, a su tenacidad, incluso muchas de ellas arriesgando su vida.
Malala Yousafzai, la mujer más joven en ganar el Premio Nobel de la Paz, con 17 años, es una firme defensora de los derechos y la educación de las mujeres en países donde el extremismo religioso les impide su acceso, y estremece escucharla, «teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar».
Por eso, por todas ellas, por todas nosotras, trabajemos unidas y unidos porque esa igualdad tan anhelada sea también un principio de paz en otros muchos países del mundo.
#8M #infinitas #imprescindibles #imparables