Una empresa que dejó huella en Guadalajara... Cooperativa Lechera Alcarreña: Legu

11/12/2016 - 17:33 Eduardo Díaz

Una de las fábricas que los ciudadanos de Guadalajara recuerdan con mucho cariño e incluso echan mucho de menos por la buena calidad que tenían sus productos es, sin lugar a dudas, la que fue Cooperativa Lechera Alcarreña, conocida popularmente como  Legu. La cooperativa se fundó en el mes de mayo del año 1969, fruto de la unión de la mayoría de los productores de la leche de vaca de la provincia, con el fin de comercializarla tanto en Guadalajara capital como en su provincia.
    Para realizar su comercialización, los socios cooperativistas adquirieron una parcela en la calle Juan de Austria, en el polígono industrial del Henares de nuestra capital, comenzando a funcionar en el año 1973. Su sede empresarial poseía las más modernas instalaciones y maquinarias para la elaboración de la leche pasteurizada y esterilizada.
    Muy famosa y conocida era la bolsa de plástico con la leche en su interior y que se vendía en la mayoría de panaderías y tiendas de ultramarinos de nuestra capital. Lo más llamativo del producto era que había que hervir la leche, obteniendo un auténtico sabor natural del líquido lactoso con la nata incluida. El producto elaborado no era exportable al ser fresco y su duración máxima era de tres días en frigorífico. Por ello los principales consumidores del producto eran los vecinos de Guadalajara y provincia. Llamativas y simpáticas eran las múltiples escenas que se observaban en la calle, con la leche derramada en los suelos cuando la bolsa se deslizaba  entre las manos y se estrellaba y rompía, debido a su fragilidad. Esta escena se repetía habitualmente entre los más pequeños de la casa, cuando realizaban los recados matinales encomendados por sus padres.
    Con el paso del tiempo la inolvidable bolsa de plástico fue sustituida por la botella de cristal de litro y medio y, por último, por el envase de cartón, conocido popularmente como tetrabrik. A parte de la fabricación de la leche, en los inicios comerciales se fabricaba igualmente un exquisito queso totalmente natural, el cual era muy valorado por los consumidores de Guadalajara.
    Pese a ser una empresa ubicada en plena meseta castellana y no tener tradición láctea como la zona norte de España, la Cooperativa Alcarreña llegó a tener una producción diaria de unos 16.000 litros diarios. Así mismo, esta empresa tenía una plantilla de 30 personas entre operarios, veterinarios, personal de limpieza y repartidores de los productos elaborados. Por todo ello, a principios de los años 80, la empresa Legu recibió el Master de Popularidad en reconocimiento a la calidad de sus productos naturales e igualmente a la importancia de su imagen pública en Guadalajara y su provincia.
    Con el paso del tiempo y debido a la importación de productos lácteos de países europeos, que vendían su leche a precios mucho más bajos, comenzó el declive de la leche alcarreña, ya que al ser esta mucho más natural y por lo tanto algo más cara, no pudo luchar contra la oferta de las grandes marcas internacionales. Fue en los primeros años de la década de los 90 cuando la factoría alcarreña comenzó a desmantelar su maquinaria y dar por finalizada su actividad industrial.
    El  recuerdo de lo que fue la fabrica de Legu, con la mascota de su simpática vaquita, todavía es visible en nuestra ciudad, en pegatinas adheridas como auténticas reliquias, en numerosos turismos y motocicletas. Sin lugar a dudas, un producto alcarreño, totalmente natural y que siempre permanecerá en el recuerdo: “La ​leche Legu.