Unas 2.000 personas disfrutan de la fiesta y el sabor de las migas jadraqueñas

Desde primera hora de la mañana el ir y venir de gente y las pequeñas hogueras donde se cocinaron las migas daban ya muestra de que esta especial jornada gastronómica empezaba a calentar los fogones. En total fueron 40 parejas, aunque ayudadas por algunos más, los que compitieron por llevarse uno de los tres premios, muchas de ellas del pueblo y jóvenes, pues la implicación de los vecinos y el relevo generacional es una de las claves del éxito. De hecho, fueron Iván Mora y Miguel Gamo, dos chicos del pueblo, los que consiguieron llevarse el primer premio –un cabrito y una selección de vinos–, aunque en realidad ellos fueron sólo los representantes porque detrás estaba la peña La Tasca y, especialmente, Miriam Nieto. “Es la que más mérito tiene porque el toque de cada especia lo ha puesto ella”, confesaba ayer Iván Mora, “y al final hemos conseguido que estén muy buenas”. Estos “cocinillas”, como ellos mismos se definían, consiguieron con “la receta de la abuela” y la afición de Miriam por la cocina el primer premio. “No hemos hecho nada especial que no tengan otras. Es pillarle justo el punto, que es muy difícil, que no se quemen, eso es muy importante, y darle muchas vueltas”, según desvelaban. La segunda cacerola mejor valorada fue la de Mayte y Tere Leganés, que se llevaron un cochinillo con su correspondiente vino; y en último lugar, María Granizo y José Luis Camino, que consiguieron un jamón y una selección de caldos también. Las 40 cacerolas de migas que entraron en el concurso se repartieron entre los asistentes, y también las que hizo la Asociación Reconquista, que por un euro daba bebida y plato, por lo que se calcula que se cocinaron unos 300 kilos de pan. “Cada caldera son dos panes de tres kilos. Si hay 40 calderas, más luego la nuestra que son 40 kilos de pan, pues unos 300 kilos de migas para repartir y van a sobrar pocas”, decía uno de los socios encargados del reparto, Joaquín Jubrías. Este veterano de las Fiesta de las Migas aseguraba que una de las claves para preparar un buen plato, además de los aditivos, es prepararlas la noche anterior. “La noche de antes se pican y se les echa el aderezo para que estén un poco más jugosas, y en poco más de media hora, teniéndolas ya aderezadas se pueden comer”. La receta es sencilla, aunque como se suele decir, cada maestrillo tiene su librillo. “Se fríe el ajo, los torreznos, se quita el aceite y la grasa y sobre eso se añade el pimentón, el orégano, cada uno las especias que cree. Hay quien pone canela o anís, y luego todo a base de dar vueltas en el fuego”, resumía Jubrías. Esta fácil receta se ha ido perpetuando, con ligeras modificaciones según el cocinero, a lo largo de los 31 años que ha cumplido esta fiesta, y que cada vez continúa con más fuerza. Entonces, recordaba, Joaquín, “se reunieron unos amigos nuestros, más mayores, y se decidió hacer la asociación y buscar algo para que no decayera la tradición y, hoy, se sigue conservando”. La fiesta se prolongó durante parte de la tarde, ya que después de haber repartido las migas, los participantes aprovecharon el fuego para freír huevos, panceta o chorizos con los que complementar las sabrosas migas, mientras disfrutaban con la música de José Antonio Alonso. Entre charla y charla, además, hubo también ocasión para ser solidario, además de colaborar con la asociación Reconquista, fueron muchos los que compraron ‘Las migas mágicas de Jadraque’. Un libro editado por primera vez, y que la Asociación de Mujeres vendió por el módico y simbólico precio de un euro, cuya recaudación se destinará a una causa solidaria, como recordaba ayer el alcalde, Alberto Domínguez. En él, su autor, Antonio de Benito, cuenta en clave infantil cómo preparar un buen plato de migas, y en el que hace un repaso por los ingredientes principales, la historia de la Asociación Reconquista o personajes históricos como Rodrigo Díaz de Vivar.