X: Sangre, sexo y discurso

11/05/2022 - 14:27 J. Pastrana

El buen cine de terror siempre ha tenido un discurso interno, una advertencia, reflexión o mensaje. Ese subtexto es el que ha permitido a grandes películas trascender más allá del simple entretenimiento (que no es poca cosa, cuidado).

Ese discurso puede ser más o menos evidente y, sobre todo, más o menos subversivo. En X, Ty West lo sitúa en un doble nivel que convierte a su última película en una joyita.  

En el año 1972 se estrenaba Garganta Profunda, la mítica película pornográfica que, al tener una historia y producción cuidadas, llegó a convertirse en un fenómeno cultural de la época. Durante un periodo de tiempo, breve, el cine X gozó de cierta pátina de intelectualidad.

X nos lleva hasta 1979 y se centra en un grupo de ´cineastas´  que pretenden grabar una película X… Elevada, por decirlo de alguna manera. Bueno, al menos su director. El resto ya…

Para hacerlo, se buscan un lugar apartado, una granja en medio de la América Profunda,  Si los protagonistas hubieran ido a ver la Matanza de Texas (Tobe Hopper, 1974), ni de guasa se habría metido ahí, pero como evidentemente no lo habían hecho, se meten sin pudor en los terrenos de una inquietante pareja de ancianos. Bueno, son señores mayores ¿qué puede salir mal?

Ty West ofrece una película de autor en el más amplio sentido de la palabra, pero no por ello pretenciosa. El director tiene claro su referente y por eso el formato recuerda tanto al de la película de Tobe Hopper. Pero a partir de ahí, monta su propio discurso.   

X podría leerse desde un punto de vista superficial como una película sobre la liberación sexual… Desde un punto de vista superficial. Más allá de eso habla también sobre la hipocresía de ciertos intelectuales. También sobre el deseo y el tabú del sexo en la tercera edad.  Pretende transmitir al espectador una sensación de tensión y deseo creciente que inevitablemente se convertirá en horror y tragedia.

X no es, como erróneamente se podría intuir viendo su trailer, un festival de gore y terror. Es una película de cocción lenta que, llegado el momento oportuno, simplemente estalla. Una película sobre la que hablar, con sustancia y capaz de atrapar desde la inquietud. Una inquietante reflexión sobre la vida.