Cámaras de vigilancia

26/03/2017 - 12:46 Pedro Villaverde Embid

El Ayuntamiento de Cabanillas, en este sentido, ha tenido una idea que nos parece muy acertada.

Es cierto que el número de delitos y su evolución no permite hablar de un problema grave en la provincia, pero también lo es que existen robos, a veces en oleada, especialmente en urbanizaciones, polígonos y zonas rurales, lugares más alejados de los centros de población y que disponen de menos efectivos para su vigilancia y persecución. No hay motivo para la alarma pero si para no dormirse en los laureles. El Ayuntamiento de Cabanillas, en este sentido, ha tenido una idea que nos parece muy acertada. Instalará videocámaras de vigilancia que controlarán todos los vehículos que entran y salen de su municipio, leer sus matrículas y visualizar las imágenes a tiempo real, lo que permitiría hasta pillar infraganti al delincuente.  Estarán conectadas telemáticamente con las fuerzas y cuerpos de Seguridad. De esta manera si hay un robo se podrá ver que coches han estado por la zona en el momento de la comisión y también detectar si hay alguien con una orden de alejamiento infringe la misma. Es un sistema pionero en la región que a algunos les puede parecer una violación al derecho de la intimidad o a la libertad de movimientos, pero que es una medida de seguridad moderna y sobre todo necesaria que redundará en beneficio de los vecinos y empresarios que podrán estar más tranquilos y sufrir menos incidencias. Tal vez estas cámaras deberían de igual manera estar en las vías de acceso y salida de los pueblos de la provincia  como ayuda a la labor que lleva a cabo la Guardia Civil por estos lugares, demasiado numerosos y dispersos para cubrir en todo momento y en su totalidad. Debemos beneficiarnos de los avances que la tecnología pone a nuestro alcance. Nadie que no vaya a hacer nada malo se siente incómodo porque su visita a un lugar quede guardada en un registro como no lo debería estar por ver pasar a su lado un coche policial. Cuando  estamos en un centro comercial o en un banco también sabemos que estamos vigilados y no pasa nada.Otro tema es la legislación. Resulta que los que llamamos ‘cacos’ tienen numerosas detenciones y antecedentes por estos delitos contra la propiedad y entran y salen de la comisaría u órganos judiciales con excesiva rapidez. Hace falta una reforma con un endurecimiento de penas para la reincidencia. Las cámaras serán sin duda disuasorias pero más aún el temor a una condena seria.