Nueva Consejería de Turismo con sede en Sigüenza

25/08/2019 - 19:11 Emilio Fernández Galiano

Hasta en Madrid, nada sospechosa de padecer la enfermedad de la despoblación, se decidió ubicar su parlamento autonómico en Vallecas, fuera del centro neurálgico.

En estas fechas se palpa con meridiana claridad el tirón turístico que tiene Sigüenza. Coincidiendo con sus Fiestas, la ciudad bulle y proliferan un buen número de actos culturales y de ocio, este año coronados con la celebración de los V Siglos de Toros incluyendo la presentación de un gran libro, además del presentado por Luis Carpintero sobre nuestros Programas de Fiestas, firmado por Javier Sanz junto a una inédita exposición de arte taurómaco. A propósito de la efemérides, un puñado de valientes celebraron una manifestación antitaurina en la plaza Mayor. La afluencia de Guardias Civiles fue masiva, superando con creces a los manifestantes que a duras penas llegaban a la docena. Entiendo que algunos utilicen la Fiesta para su singular propaganda anti sistema, pero elegir una de las mayores referencias castellanas es desconocer nuestra historia y nuestra cultura. Pinchar en hueso, vaya.

Lo cierto es que por un mes nos olvidamos de la España despoblada, de esos tiempos muertos que el frío nos trae entre semana y a nuestras pedanías. Gracias al turismo, los fines de semana seguntinos suponen un impulso en el electrocardiograma plano, cobrando por un momento vida lo que el resto de los días es una ciudad casi muerta.

Ha calado hondo el problema de la despoblación rural, y no tan rural. El fenómeno lo han incorporado los partidos políticos en sus respectivos programas y, por primera vez, se habla del tema como del paro, la recesión o las tendencias secesionistas. Algunas comunidades autónomas, hay que reconocerlo, lo detectaron con antelación. En el País Vasco, por ejemplo, la administración autonómica y foral está dispersa por toda la geografía de las tres provincias. Hasta en Madrid, nada sospechosa de padecer la enfermedad, se decidió ubicar su parlamento autonómico en Vallecas, fuera del centro neurálgico. 

Parece un contrasentido que el régimen autonómico español, basado principalmente en la descentralización del Estado, se enroque a su vez en cada región convirtiéndolas en nuevas zonas centralizadas. Esto es, se solucionó un problema para generar el mismo, a diferente nivel.

En Castilla La Mancha, la administración regional está prácticamente centralizada en Toledo, al margen de las diferentes delegaciones provinciales, curiosamente, testimonio de esa tendencia centralista. Sería muy beneficioso para combatir la funesta despoblación dispersar por toda la región todas las consejerías. Según mis consultas, la Junta posee en la actualidad nueve consejerías, además de la presidencia y vicepresidencia. Creo que hay magro suficiente para distribuir por las cinco provincias y evitar que Toledo se convierta en un Madrid bis a nivel regional.

A su vez, cada provincia podría repartir por sus diferentes enclaves distintas competencias o instituciones. Por ejemplo, me sorprende que no haya una consejería específica de Turismo, siendo uno de los principales motores económicos de la región, especialmente en Toledo, Cuenca y Guadalajara. En esta última provincia Sigüenza goza del prestigio de ser la segunda ciudad más visitada de Castilla La Mancha, después de Toledo. Por tal motivo, ahí va mi propuesta; la creación de una nueva Consejería específica de Turismo con sede en la Ciudad del Doncel. Y hasta el edificio en el que se asentaran sus instalaciones parece que lo está reclamando: el Seminario Mayor, que recibiría el premio de su rehabilitación.