Vuelta al cole

06/09/2025 - 15:48 Antonio Yagüe

Con la tradicional vuelta al cole, esta semana se pondrá el cartel de “ya estamos todos” en pueblos, capitalejas y capitales de España.

Como Madrid, donde ha regresado el alcalde cincuentón tras una obligada baja paternal, o Barcelona, que prepara el retorno de un Molt honorable President golpista fugado en un maletero.

  Los primeros del nuevo curso han sido los abuelos. La mayoría de padres no tenía vacaciones ni televageos y han ejercido de forzosos canguros, babysitters, cuidadores, cambia-pañales, amigos, acompañantes, compañeros de juegos y lo que se tercie de los nietos. Sin remuneración económica, claro.

  Algunos mayores han recordado el suyo, lejano y modesto. Cuando a lo sumo estrenaban un estuche de dos pisos para guardar lápices, gomas Milán para borrar y sacapuntas metálicos. Quizá también una cartera de cuero que debía durar todo el bachillerato y, en vísperas de otoños lluviosos, unos indestructibles zapatos Gorila para recorrer todos los caminos de la infancia.

  Un colega defiende que los abuelos ejercientes y orgullosos de su labor deberíamos gozar al menos de un día tan festivo como el del LGTBI, con bailes, banderolas, subvenciones públicas, copazos…

  Retornan también nuestros políticos, tras un suspenso como una catedral durante el curso pasado en primero de democracia, libertad y sociedad. No les queda otra que una vuelta al cole, pero a diferencia de los nietos, la suya es vergonzosa y vergonzante.

  Parece que Gobierno y gobiernillos, siempre a la gresca, no aprendieron ni la primera lección de no pelearse en público, siempre echando la culpa al otro cual chivatos y acusicas en sus medios amaestrados.

Por lo visto en los coles ya tampoco se enseñan convicciones políticas que engloben a la sociedad en su conjunto, empezando por quienes más lo necesitan. Ni se rechaza a secesionistas hijos de la mentira histórica y la falacia.