Agresiones a la Iglesia Católica

16/07/2016 - 17:01 Francisco Vaquerizo

Harán lo que puedan y no seré yo quien diga que no pueden llegar muy lejos. Lo que digo es que por muy lejos que lleguen, la Iglesia seguirá en pie y cada vez más firme.

Hablando de profanadores de Capillas, alguien se preguntaba qué les hemos hecho. Ocurre que muchos intelectuales (un decir) de la extrema izquierda están empeñados en que la religión católica es incompatible con el progreso. Dado lo cual, hay que desterrarla como sea de todo espacio público.
    En esta ocasión comento el asalto a mano airada que feministas radicales han llevado a cabo en la Capilla de la Universidad Autónoma de Madrid. Los asaltantes, en su mayoría mujeres, realizaron pintadas en el exterior y el interior del oratorio, reclamando el aborto libre. Aparte de otras mancillas, arrojaron pintura por el suelo, simulando ser sangre. ¿Qué les hemos hecho para que actúen de la forma que actúan?
    Este grupo, sin duda, busca la notoriedad siguiendo el modelo de la Asociación Contrapoder que, liderada por Rita Maestre, Errejón y Pablo Iglesias, asaltaron la Capilla de Somosaguas. La triste realidad es que estas emergencias populistas antisistema están consiguiendo, a base de mentiras, acabar con el Estado y con la Iglesia. Con el Estado ya les falta menos. Con la Iglesia lo van a tener más crudo. Aunque sigan asaltando capillas y agraviando a la Virgen, como en el caso de la Mare de Déu, Patrona de Valencia. La Iglesia conoce bien los frentes que los ahora socialdemócratas tienen proyectados para derribarla. Puede que ganen batallas pero nunca, la guerra.
    Las agresiones a la iglesia católica en España son muchas y de toda índole. En Cataluña se pidió a la alcaldesa que paralizase las obras del convento de las Hermanitas del Cordero y que se desahuciara a las monjas, cuya única labor es ayudar a los más necesitados. Podemos exigió que la catedral de Jaca fuese de titularidad pública.  También pidió la propiedad de la torre de la Giralda y la mezquita de Córdoba. Un párroco catalán fue denunciado ante la Fiscalía por haber invitado a la Hermandad de Caballeros Legionarios a participar en las procesiones de Semana Santa. Muchos crucifijos han salido de las salas de plenos.¿Qué les hemos hecho para que así nos persigan?
La Iglesia aguantará el acoso sistemático a sus obispos. Puede aguantar la denuncia de los Acuerdos entre la Iglesia Católica y es Estado. Ese “nuevo marco de relaciones que garantice la laicidad efectiva del Estado”, según ellos. Puede aguantar que le impongan el IBI de algunas de sus propiedades. Puede aguantar lo que algunas comunidades, como la nuestra, ya han propuesto: retirar la financiación autonómica a los servicios religiosos católicos en la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales.
    Y aguantará la supresión de celebraciones religiosas católicas en actos oficiales – que ya ha tenido que empezar a aguantar- y la desaparición de símbolos religiosos en los espacios públicos. Ya se han ido quitando cosas. Harán lo que puedan y no seré yo quien diga que no pueden llegar muy lejos. Lo que digo es que, por muy lejos que lleguen, la Iglesia seguirá en pie y cada vez más firme.
     Recientemente se ha comentado que en alguna región de China ha habido una poda de cruces cristianas. Hablaban de una ciudad y su entorno, donde la autoridades de Pekin habían dejado un paisaje de cientos de iglesias desmochadas. Aquí todavía no se han desmochado las torres de los templos pero todo se andará, que dijo el cojo.
 ¿Qué les hemos hecho para que nos tengan tanto odio? Aunque, pensándolo bien, es sencillamente, que se cumple la palabra de Jesús: “Os odiarán por causa de mi nombre”.