Ana Guarinos ofrece un mandato sin "confrontación" tras ser nombrada alcaldesa con el apoyo de Vox

Ana Guarinos ya es alcaldesa de Guadalajara. La candidata del Partido Popular recibió este sábado los apoyos de su partido y de Vox, con lo que logró la mayoría absoluta necesaria para cerrar el nombramiento en la primera ronda. De esta forma, sustituye a Alberto Rojo, el candidato socialista quien, pese a ser consciente de que el pacto anunciado el día anterior entre PP y Vox lo dejaban fuera de la Alcaldía, mantuvo su anuncio de presentarse como candidato tras insistir que el PSOE fue la fuerza más votada el pasado 28 de mayo y la que más concejales obtuvo. 

En un pleno que duró hora y media, tal y como estaba previsto, y en la que los problemas con los micrófonos fueron constantes en la primera parte, se arrancó con la constitución de la mesa de edad, con los ediles José María Antón (Vox), el de mayor edad; y Juan Flores (PSOE), como el más joven, los 25 ediles fueron prometiendo sus cargos, en el caso de los socialistas y la edil de Aike –ésta última incorporó la lealtad al Rey “por imperativo legal”, además de la defensa de sus “principios” republicanos y de igualdad–, o jurando, como hicieron desde las filas del PP y Vox. Una vez con la medalla de concejal de la corporación de Guadalajara, fueron proclamando de viva voz sus votos, que fueron 13 para Guarinos (nueve del PP y tres de Vox), 11 para Alberto Rojo y uno para Susana Martínez. 

Un gran aplauso y el saludo de su antecesor, Alberto Rojo, dieron paso al juramento de Guarinos como regidora de la ciudad, la segunda mujer en conseguirlo tras Blanca Calvo. 

En su discurso, dijo sentir “emoción” y “honor” y asumir un “gran reto”. Trasladó “gratitud” a los que han hecho posible esta toma de posesión: a su familia, “los presentes y los ausentes; a su equipo y a las personas “que siempre han estado a mi lado en esta trayectoria”. También agradeció al PP el haberle dado esta oportunidad “a una mujer”. Y subrayó estas palabras a raíz del discurso previo de la edil de Aike Susana Martínez, en el que incidió en la igualdad. Así, Guarinos afirmó que “la igualdad, aparte de hablarla, hay que defenderla con hechos. El PP defiende a las mujeres, la igualdad y la capacidad”.

Sobre el acuerdo alcanzado con Vox, hizo hincapié en que “no es el primero que se adopta en esta corporación” y lo calificó de “legítimo y democrático”. “Yo sentiría vergüenza de pactar con otras fuerzas, pero con Vox no”. También recordó que en 2019, PSOE y Cs hicieron lo propio para gobernar. En este caso, en referencia a comentarios hechos previamente por Alberto Rojo en la sesión extraordinaria de pleno, aseguró que la propuesta de Alberto Núñez Feijóo para que gobernase la lista más votada fue “rechazada” por el PSOE. “Usted –dijo a Rojo– fue delegado de la Junta con un gobierno que en 2015 no ganó las elecciones y pactó con Podemos”. Enseguida dio paso a presentar su acuerdo de gobernabilidad, “pensado por y para Guadalajara, desde la idea de dar a la ciudad un gobierno estable y sólido”. Ese acuerdo “piensa” en los vecinos “y sus necesidades”, así como en medidas y propuestas “para solucionar los problemas reales”.

Habló la alcaldesa de un “cambio de gobierno” que decidieron los ciudadanos en las urnas. “De todas las formaciones que estamos aquí, PP y Vox recibimos más apoyos en voto y escaños”, afirmó, antes de calificar su gobierno de “centro derecha” y “para la ciudad”.

Ya mirando a este nuevo mandato, aseguró que se basará en el “diálogo”, el “entendimiento” y el “abandono de la confrontación”. “Mi objetivo es gobernar con humildad para el conjunto de los vecinos, con respecto absoluto al interés general de la ciudad por encima de cualquier cosa y convencida de los valores constitucionales”. Tras aseverar que tiene como “referencia” a los exalcaldes populares José María Bris y Antonio Román, pidió “dejar atrás los conflictos estériles y buscar acuerdos que mejoren las vidas de los vecinos”. Y confía en que ese diálogo que ofrece lo encuentre a su vez “en el resto de instituciones”.

Previamente habían intervenido en el salón de plenos los portavoces de los distintos grupos políticos. El ya exalcalde, Alberto Rojo, reiteró en varias ocasiones representar al partido “más votado” el pasado mayo. Un partido, señaló, “que se ha dejado la piel en los últimos cuatro años para hacer que la ciudad avance y que las personas tengan mayor bienestar y encuentren aquí todo lo que necesitan”. Y afirmó que, dado que la ciudad “está hoy mucho mejor que hace cuatro años”, el nuevo gobierno se va a encontrar una Guadalajara “mucho más dinámica en todos los aspectos, a la que llegan multinacionales a los nuevos desarrollos, mejores infraestructuras y programa de inversión nunca antes visto”. Tras mostrar su “preocupación” por la igualdad, la lucha contra la violencia de género o la “criminalización” de la migración, en referencia a Vox, señaló que la oposición del PSOE será “leal y constructiva”, pero que será “firme” ante los “retrocesos sociales o desmantelamiento cultural”.
    El popular Alfonso Esteban pidió mirar “al futuro” y ponerse a trabajar “cuanto antes” y repasó algunos de los proyectos realizados en anteriores mandatos del Partido Popular. “Vamos a centrar nuestros esfuerzos para tener servicios de calidad y una atención cercana, atenta y resolutiva. Esto es lo que hemos realizado en cuatro años de oposición”.  Instó a olvidar el “cortoplacismo” y recordó que el PP ha gobernado la ciudad durante 23 años, por lo que  “la experiencia nos avala”.
    En tercer lugar intervino el líder de Vox Javier Toquero afirmó que se trabajará “con sentido común” y que “ha llegado el momento de tomar decisiones para hacer una Guadalajara de la que sentirnos orgullosos”. También pidió que no se les etiquete. “Ni unos son tan buenos, ni otros tan malos. Todas las corporaciones lo han hecho con sus mejores intenciones, unas veces se acierta y otras no”.
    Por último, Susana Martínez, edil de Aike, lamentó durante su intervención el regreso de “los de siempre”. “Consiguen gobernar porque no tienen ningún reparo que abrazarse a Vox”, a los que tachó de “excluyentes, retrógrados y negacionistas”.
    El acto terminó con la tradicional foto de familia de la corporación al completo y, posteriormente, los saludos de familiares y amigos que abarrotaron no sólo el salón de plenos, sino otras salas contiguas.