‘Barbie apicultora’, del campo a la venta directa
Raquel Adalid combina su actividad en redes con una miel de calidad premiada internacionalmente.
Raquel Adalid es la Barbie apicultora de la Alcarria. Al dejar su trabajo en hostelería, comenzó a interesarse por las abejas y hace ya casi ocho años que empezó con sus primeras colmenas. Finalmente, en 2022, después de estar parada en el sector hostelero debido a la pandemia, empezó en Pozo de Guadalajara con el proyecto apícola que le ha llevado a decir “soy profesional y me dedico completamente a esto como actividad única”.
Le apasiona prácticamente todo de su oficio; todavía le sigue entusiasmando observar los ciclos que hay en el campo y poder trabajar metida en ellos. “Me encanta el trabajo de campo y luego el retransmitirlo a través de las redes sociales”.
Se dedica a la venta directa, no envasa su producto a granel. Vende toda su cosecha bote a bote al cliente final. “Esa parte con el cliente final también me gratifica mucho. Gracias a las redes sociales estoy empezando a tener contacto con muchísima gente que se dedica a esto, contactos muy nutritivos”, señala. Una de las cosas que más gusta a la gente y así se lo hacen saber a través de comentarios es ver todos los procesos que hay en el campo.
La mayor dificultad que se le presenta en estos momentos es el cambio climático. “Cada año es un poco más loco que el anterior; ya se han roto todas las reglas que había en apicultura y ahora tenemos que estar adaptándonos constantemente a esta climatología cada vez más extraña”, declara.
La idea de Barbie apicultora surge de la carrera que estudió, Publicidad y Relaciones Públicas. Siempre tuvo la sensación de que había estudiado la carrera en vano y que no le había valido para nada. Pero con el boom de la película Barbie tuvo claro que tenía que hacer su propio clip. Compró el traje rosa y se puso manos a la obra. “Pero, no fue fácil, a nuestras abejas no les gusta ese color, entonces, el trabajo en el colmenar con ese mono era casi imposible porque las abejas se ponían muy agresivas”, explica Raquel Adalid.
Esto se debe a que, según la raza de abeja, hay algunos colores que les pueden causar problemas, a las abejas con las que trata Adalid, la Apis Mellífera; los colores vivos les afectan mucho, por lo que trabaja con tonos claros como el blanco o el beige.
Su día a día es muy cambiante, todo depende del mes, de la climatología y de las tareas que haya que hacer en el colmenar. En estas fechas, se dedica a etiquetar el producto y es ya a partir de enero-febrero cuando empieza a trabajar en las colmenas.
Gracias a su trabajo y dedicación diaria, el pasado junio recibió el premio a una de las mejores mieles, en un concurso internacional en Londres, el London Honey Awards. Recibió la medalla de oro por su miel de lavanda y encina. Comparte todo su trabajo en redes a través de @adalidapícola.