Quizá la primavera se ha quedado suspendida para darnos tiempo de llorar por Gabriel y tantos niños muertos a manos de psicópatas.
La paulatina desaparición de estos animales, junto a culebras de agua e insectos de nuestra infancia también se detecta en la comarca molinesa.
Contaba con 52 años cuando falleció en Alaska.
Ahora vienen los hijos de sus hijos, imberbes adoctrinados en el sectarismo y en un antisistema incapaces de argumentar, y vuelven a hurgar en la herida de la intolerancia.
Nuestro periódico no ha hecho más que avalar sus méritos, con el espaldarazo de su reconocimiento como “populares”.
Una encuesta de CSIF en todas las comunidades autónomas pone al descubierto que el 90% de los profesores convive con situaciones de tensión y violencia en los centros docentes.
Nunca tantos han venido tanto en tan poco intervalo de tiempo con cualquier motivo y menos sin haber convocadas unas elecciones.
Sigo sin entender porqué no se incentiva la natalidad. Al parecer, en Madrid, la población de perros duplica a la de niños menores de seis años (niños engloba a las chicas).
La madre y los dos hijos murieron arrasados en un incendio.
Antes de que se quemara esta falla de Lavapiés llegaron nuevos fogoneros, vestidos de morado, cantando salmos a su favor y en contra del capitalismo.
Finalizada la reconstrucción del edificio municipal de mi Palazuelos natal.
No hay finalidades morales sino medios instrumentales en la democracia y el pluralismo actual que caracteriza a la sociedad del momento.
Recogían su mirada, como dos benditeras, unas ojeras esculpidas en la noche negra, cuando los monstruos traman el peor de los presagios.
“Todos, venga todos a la calle. ¿Y qué han hecho las calles?”, se preguntaba con retranca una señora de mi pueblo viendo un telediario repleto de manifestaciones.
La muerte de Gabriel tiene que servirnos para reaccionar. Quienes matan, violan o cometen un atentado terrorista tienen que saber que en España sus actos se castigan con firmeza.
No descartemos un síndrome de Jasón para hacer daño a la madre.
Es un debate que se debe centrar en el rigor y el respeto a la Constitución.