¿Conoces las leyendas sobre el Cid que existen en Guadalajara?

10/08/2020 - 13:49 Redacción

El Consorcio del Camino del Cid reúne los principales mitos sobre el Campeador que existen en la provincia.

Historia, literatura y leyenda se dan la mano en torno a la figura del Campeador. Por eso, desde el Consorcio Camino del Cid han recopilado un total de 57 leyendas relacionadas con su figura.  En el caso de Guadalajara, un buen número de poblaciones por las que discurre el Camino del Cid conservan un importante patrimonio oral sobre la figura del Campeado.

Los trabajos de campo para recopilarlas se han desarrollado en colaboración con el Proyecto del Plan Nacional de I+D Magia, Épica e Historiografía Hispánicas: Relaciones Literarias y Nomológicas, adscrito a la Universidad de Zaragoza y dirigido por el catedrático Alberto Montaner, quien considera que el Cid constituye una parte “muy importante” del capital cultural de los pueblos y de su folclore “algo que, gracias al Camino del Cid, se está potenciando cada vez más”.

El Consorcio Camino del Cid junto al equipo de investigación adscrito a la Universidad de Zaragoza espera que esta primera recopilación sirva de incentivo para reunir nuevas leyendas que se pueden comunicar a través de un cuestionario online habilitado en la página Camino del Cid o bien contactando con el Consorcio a través del correo electrónico info@caminodelcid.org.

Las leyendas recopiladas en la provincia son las siguientes: 

 

Terzaga: la fuente de Doña Jimena

Probablemente en Terzaga hubo un castillo fortaleza árabe ubicado, según la tradición oral, en la Peña del Moro. También quedan restos de torres de vigilancia y en los manantiales de Fuentejimena aparecieron fragmentos cerámicos islámicos. El topónimo de este último paraje tiene reminiscencias cidianas ya que por allí debió pasar Rodrigo en su viaje de Burgos a Valencia. Según la leyenda fue precisamente el Cid quien bautizó el paraje como Fuentejimena en honor a su mujer. 

 

Miedes de Atienza: La Peña del Cid

Muy cerca de Miedes de Atienza se encuentra la Peña del Cid, un cerro que se extiende desde esta localidad hasta el término municipal de Alpedroches. La tradición sitúa en este lugar el emplazamiento en el que el Cid descansó junto con su ejército tras abandonar Castilla en el noveno día del Destierro y antes de adentrarse en tierras musulmanas.

 

Guadalajara: La Conquista de Álvar Fáñez 

La tradición oral cuenta el plan que urdió Álvar Fáñez para conquistar la ciudad de Wad-al-Hayara (Guadalajara). Uno de los cristianos, disfrazado de bereber, se introdujo dentro de la ciudad y por la noche (que era precisamente la de San Juan del año 1085) abría las puertas para que entrara el capitán Álvar Fáñez con su ejército. Antes de ello pusieron las herraduras de sus caballos al revés, para dejar las huellas en sentido contrario al que realmente habían llevado y así, a la mañana siguiente, los árabes pensaron que aquellas huellas eran de otros paisanos que habían salido de madrugada al campo. Cuando realmente muchos de ellos habían salido de la ciudad a trabajar en los campos cercanos, los hombres de Álvar Fáñez salieron de sus escondrijos y se apoderaron de la ciudad. La entrada la hicieron cubiertos con las sombras de la noche, por la puerta que vigilaba el torreón del Cristo de Feria, luego llamado de Alvar Fáñez. El caballero y los guerreros representados en el escudo de armas de Guadalajara se identifican tradicionalmente con Álvar Fáñez y sus tropas. 

 

Jadraque: El Castillo del Cid 

El Castillo de Jadraque es conocido como el Castillo del Cid por dos motivos. En primer lugar, y según la leyenda, porque en el siglo XI pasaron por la fortaleza las tropas del Campeador comandadas por Álvar Fáñez antes de la conquista de Guadalajara. En segundo lugar, porque el cardenal Pedro González de Mendoza, convencido de que descendía del Campeador, puso por nombre Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza a su primogénito, al cual regaló el castillo y territorios del señorío de Jadraque en sus segundas nupcias con María de Fonseca. Además, fue nombrado primer conde del Cid por los Reyes Católicos en 1492. En este castillo, en su época de mayor esplendor como palacio renacentista, fijó su residencia el joven matrimonio, donde nació su hija Mencía de Mendoza, señora de Jadraque y segunda condesa del Cid. 

 

Tierzo: La Casa del Cid

La Casa Fuerte de la Vega de Arias o simplemente Casa de Arias o incluso Casa del Cid, es una pequeña casa fortificada situada a orillas del río Bullones, en las cercanías de Tierzo. Perteneció a diversas familias de la nobleza del territorio y, según cuenta la leyenda, en ella pernoctó el Cid en su camino del destierro de Burgos a Valencia. 

 

Castejón de Henares: La Casa del Cid

A la entrada del pueblo se encuentra una casa construida en adobe y mampostería que es popularmente conocida como la Casa del Cid. Según la tradición oral, en esa casa el Cid tuvo un encuentro con Doña Urraca. También se habla de una reunión entre Urraca y Jimena e, incluso, hay fuentes que apuntan que en ella vivía una amante de Rodrigo. Sea como fuere, a la vivienda se la asocia otra leyenda y es que, según se cuenta, bajo el patio había enterrado un tesoro. 

 

Otras leyendas y tradiciones cidianas fuera del Camino del Cid

Cubillejo del Sitio: ¿O Cubillejo del Cidio?
Diferentes tradiciones orales apuntan que la localidad se apellidaba “del Cidio” en lugar de  “del Sitio” en memoria del paso de Rodrigo por la villa. Otros autores, entre ellos el Cronista Provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, apuntan que el nombre se debe a que allí acampó Fernando III con el objetivo de atacar y sitiar el castillo de Zafra.

Hinojosa: La Huella de Babieca
En la localidad, al parecer, aún existe la “Fuentecilla de la patá del Cid”. Según cuenta la leyenda el Cid pasó por el lugar y, a punto de perecer de sed, una patada de Babieca hizo brotar un manantial de la roca y, a la vez, el caballo dejó señaladas las huellas de sus herraduras en ella.  

Hinojosa: “Cabezo del Cid”
Según recoge el Cronista Provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, el cerro que corona el pueblo, alto y llano en su cúspide, es llamado Cabezo del Cid. Desde hace varios siglos, se dice que la prueba fehaciente de que el Cid y su mesnada estuvieron en ese cerro es que por sus laderas y en la parte alta continuamente se encuentran herraduras de equinos, armas de hierro, cascos militares, piezas de guerra, etc. También se cuenta que en este emplazamiento el Cid enterró a su caballo. Además, en este lugar, y según diversas teorías, el Cid instaló su campamento tras dejar Alcocer, y no en El Poyo del Cid, ya en la provincia de Teruel. Esta leyenda tiene que ver con la identificación del Alcocer citado en el Cantar de mio Cid con la homónima localidad alcarreña, donde esta creencia se documentaba ya en el siglo XVI. Cuando en 1580 se hizo el censo ordenado por Felipe II, el del Alcocer alcarreño informaba sobre la historia del pueblo que “es público haberlo ganado de los moros el Cid”. Esta identificación legendaria posiblemente se relacione con la versión del episodio transmitida por la Crónica de Veinte Reyes, donde se sustituye a Ateca por Atienza: “E dende tomó camino de Atiença e fueron posar sobre Alcoçer, en un otero muy fuerte cerca el río Xalón, porque les non pudiessen vedar el agua”.

Quer: Los olivos de Álvar Fáñez
La tradición apunta que fue Álvar Fáñez, capitán de Alfonso VI según la historia, lugarteniente del Cid según el Cantar, quien conquistó el pueblo de Quer. En la localidad, aún hoy existen unos terrenos denominados Los Olivos de Álvar Fáñez, ya que, según la leyenda se quedó a vivir allí una temporada, dedicándose a cultivar unos olivares junto a sus amigos y familiares. 

 

FOTOGRAFÍAS: CONSORCIO DEL CAMINO DEL CID (https://www.caminodelcid.org/)