Juan Pedro Sánchez: “Creemos que no hay ninguna razón objetiva para cerrar las centrales nucleares”
El presidente de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) afirma que el impacto del cierre es “tremendo”, pero la seguridad es “innegociable”.
El presidente de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), Juan Pedro Sánchez, repasa la actualidad de la energía nuclear en Guadalajara y en España. El calendario de cierre de las centrales que pactó Enresa y las empresas eléctricas en 2019 es ahora uno de sus objetivos, pues dice que “no hay ninguna razón objetiva” para cerrar las nucleares. Desde AMAC defienden que sigan operando, pero siempre y cuando lo hagan en condiciones de seguridad. “Es una cuestión innegociable”, insisten. El también alcalde de Yebra lleva desde 2019 al frente de AMAC. En 2023 renovó su cargo con un apoyo mayoritario de todos los miembros de la asociación hasta 2027.
En la última asamblea de AMAC han acordado instar al Gobierno central y a las empresas eléctricas a dialogar y llegar a acuerdos para frenar el calendario de cierre previsto de estas instalaciones nucleares. ¿Cree que es posible?
Si, nosotros tenemos esperanza de que sea posible. A pesar de que se pactó un calendario para el cierre de todas las centrales nucleares en 2019, las circunstancias y las condiciones han cambiado muchísimo. Las empresas propietarias de las centrales han pedido en reiteradas ocasiones reunirse porque están dispuestos a operar durante más tiempo del inicialmente pactado. Recordemos que la próxima central es la de Almaraz en 2027 y la última la de nuestra provincia, Trillo, en 2035, pero nosotros creemos y, creo que la mayor parte de la sociedad también, que no es un buen momento para cumplir con este calendario.
¿Qué impacto tendría el cierre de las centrales nucleares?
El impacto es tremendo, ya no solo para las áreas en las que están las centrales nucleares. Son unos 10.000 empleos directos y 30.000 indirectos que afectarían a autónomos, comercios, pequeños negocios… pero va muchísimo más allá porque esto repercutiría muchísimo en otro tipo de industrias. De hecho, por eso están tan preocupados en la vecina comunidad de Madrid porque muchas de las empresas que están ahí tienen garantizado el suministro energético y ven con preocupación lo que pueda ocurrir en los próximos meses en torno a la energía nuclear.
Las energías renovables han ido ganando terreno con el paso de los años, pero ¿sigue haciendo falta la energía nuclear?
Yo soy un firme defensor de las energías renovables, pero el problema es que no son suficientes y no pueden garantizar la estabilidad al sistema. Tanto la energía solar como la eólica, que están bastante desarrolladas, no se pueden almacenar. El problema que tenemos actualmente es que no se puede almacenar en grandes cantidades. Hay momentos en los que tenemos excedente, pero hay otros en los que no tenemos suficiente, por ejemplo, por las noches, en las que necesitamos un apoyo de unas energías que den estabilidad al sistema, eso lo puede hacer el gas, el carbón y la nuclear. La energía nuclear es una energía no contaminante y verde que aconsejan que sea la energía de base. Además tenemos unas instalaciones en España que están abiertas, que están funcionando y vamos en contra de lo que están haciendo en otros países europeos donde no solo están manteniendo las centrales que funcionan sino que están apostando por nuevas, como es el caso de Francia e incluso de Italia.
AMAC defiende que las centrales sigan operando, pero en condiciones seguras.
Sí, desde AMAC queremos que las centrales sigan funcionando siempre y cuando los técnicos, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), diga que están en condiciones de seguir operando. El agujero que deja una central nuclear cuando se cierra en una zona es importante, pero no queremos que sigan funcionando a cualquier precio. La seguridad es una cuestión innegociable. Nuestro referente en seguridad nuclear y protección radiológica es el Consejo de Seguridad Nuclear.
En Guadalajara hemos tenido la primera experiencia de cierre y desmantelamiento completo de una central nuclear con la José Cabrera, ubicada en Almonacid de Zorita. El proyecto de desmantelamiento está a punto de concluir. ¿Qué aprendizajes nos ha dejado?
Hemos aprendido, primero, que es un drama para las zonas en las que están instaladas, que además son zonas con muy pocas oportunidades; y segundo, que hay que intentar trabajar planes alternativos de desarrollo cuanto antes mejor, no hay que esperar a que cierre o a que empiece a desmantelarse para invertir en la zona. Así lo estamos haciendo nosotros para tratar de impulsar políticas de inversión en Almaraz, y en Garoña que ya está cerrada, e incluso estamos haciendo estudios en Tarragona, en Ascó y en Vandellós, para anticiparnos en la medida de lo posible para cuando llegue esta situación, independientemente de que se cumpla con el calendario de cierre previsto. Nosotros ya estamos trabajando en todas las zonas nucleares.
¿Qué repercusión están teniendo las ayudas de l Convencio de Transición Justa que están llegando a los pueblos del entorno de la antigua José Cabrera para atender los impactos derivados del cierre de la planta?
Nosotros estamos contentos y agradecidos con estas ayudas, pero el vacío que deja una central nuclear es muy grande. Son proyectos que tienen un alcance determinado y que cuesta mucho ponerlos en marcha. Aquí, si quisieran realmente apostar por las zonas, que quedan muy deprimidas, creo que debería haber un compromiso de todas las administraciones. En la zona de Zorita, que es la más adelantada, no sé si hay tres o cuatro proyectos, ya en marcha, para los que hemos recibido ayudas a través del Instituto para la Transición Justa.
¿La experiencia del cierre de la central nuclear José Cabrera está sirviendo para afrontar mejor otros desmantelamientos como el de Garoña o el de Almaraz?
Esto está siendo una experiencia muy enriquecedora a la hora de hacer apuestas y estrategias de futuro. La primera lección que hemos aprendido es que hay que empezar cuanto antes, que hay que intentar comprometer a todas las administraciones, porque al final la administración local tiene pocos medios a su alcance, pero la autonómica y estatal tienen mucha más capacidad y recursos para invertirlos.
Según este calendario de cierre, la central nuclear de Trillo sería la última en cerrar, en 2035.Quedan 10 años, pero en estas cuestiones es poco tiempo.
Quedan 10 años y aunque pueda parecer que queda lejos, lo tenemos a la vuelta de la esquina. Desde AMAC ya estamos trabajando en estudios de impacto socioeconómico que puede tener para la zona. Nosotros confiamos en que no se produzca el cierre en las fechas programadas. Nosotros queremos que se revierta el calendario. Nos parece que no hay ninguna razón objetiva para cerrar las centrales en las actuales circunstancias, pero hay que estar preparado para que si se produce, que nos coja de la mejor manera posible.
Un hándicap de la energía nuclear son los residuos que genera. Descartada ya la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC), ¿cree que habrá consenso para lograr ejecutar ese Almacén Geológico Profundo (AGP)?
Yo creo que el momento tendrá que llegar. Son muy pocos residuos, en volumen, pero tienen una vida muy larga. La solución que se propone ahora es anticipar la construcción de un Almacén Geológico Profundo. No podemos olvidar que el Almacén Temporal Centralizado que se había designado en Villar de Cañas, y que en su momento fue también candidato Yebra, era una solución intermedia y temporal. Ahora ya tenemos todas las centrales nucleares con Almacén Individual, que garantizan que no tengan que parar, por lo que en el VII Plan de Residuos se opta por el AGP. Según los estudios estaría operativo en 2073. Este no es un problema técnico, sino de aceptación social. Yo confío en que se haga y confío en que alguna vez en este país tengamos un poco de sentido común y se apueste por proyectos más allá de lo que dura una legislatura, pues hay cuestiones en las que tendrán que llegar a acuerdos, no solo en este aspecto sino en otros muchos.
En 2023 renovó su cargo como presidente de AMAC para otros cuatro años más ¿Qué balance hace de este periodo al frente de la asociación?
Son casi seis años y es un balance positivo. Es mucha responsabilidad porque a mí me han elegido 57 de los 60 municipios que tiene AMAC de toda índole política, tenemos representación del PSC, de PSOE, de PP, de Esquerra, de Junts… Yo estoy contento porque estamos trabajando en alternativas de desarrollo, pero sobre todo en una cuestión que es importante para defender la energía nuclear o cualquier otra, que es en la información y la transparencia. Creo que la gente ya es lo suficientemente mayor para entender los pros y los contras. Eso es mucho mucho trabajo porque nos desplazamos a las zonas y tenemos reuniones.
¿Cómo le gustaría terminar este mandato?
Me gustaría terminar, lógicamente, con la moratoria, si lo podemos llamar así, del calendario previsto de cierre de las centrales nucleares. Creo que no se dan las circunstancias. Cuando se firmó en 2019 entre Enresa y las eléctricas había unos planes de desarrollo, sobre todo en el almacenamiento de la energía, que se preveía que se iba a poder. Creo que rectificar es de sentido común y el problema que se pueda originar es tremendo de suministro.