Crónica sueca (I)


Laura y yo comenzamos a investigar sobre Suecia. Estábamos realizando entonces la serie de Monarquías en el programa La aventura del saber de La 2 de TVE.

Laura y yo comenzamos a investigar sobre Suecia. Estábamos realizando entonces la serie de Monarquías en el programa La aventura del saber de La 2 de TVE y quedamos sumergidas, durante el proceso de documentación, en el país escandinavo, donde tienen su base los Premios Nobel (por el químico sueco Alfred Nobel, todos los galardones se entregan en Estocolmo, salvo el de la Paz, en Oslo (Noruega). 

Después seguimos “abonadas” a Suecia. Eran tantas las vivencias que recordábamos de la infancia que nos parecía haber estado en Suecia. De allí eran los creadores de Vicky el vikingo (Runer Johnson), y de Pippi Långstrump (Astrid Lindgren). Pippi le valió a Astrid en 1958 el Premio Hans Christian Andersen, considerado el Nobel de literatura infantil y juvenil. Las dos ficciones nos gustaban de pequeñas, pero sobre todo Pippi. Nos hemos identificado tanto con ella que, desarrollando estancias docentes en Georgia, visitábamos a menudo un mural con su silueta, en el que aparecía acompañada de Pequeño Tío y del Sr. Nelsson, el caballo de lunares y el mono vestido de humano.

Después escribimos el libro Princesas en Jeans. Historia, significado y vigencia de la monarquía, analizando en uno de sus capítulos el reinado de Carlos XVI Gustavo y de Silvia, así como la futura sucesión de la princesa Victoria.

Posteriormente las Hermanas Lara investigamos, para nuestros libros Guerra en la Alcarria: 1937, el frente de Guadalajara y Guadalajara no es Abisinia, a los 500 suecos que se alistaron como voluntarios en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil. Más adelante María escogió como personaje a Cristina de Suecia (1626-1689), la soberana del siglo XVII que tuvo que renunciar al trono por no casarse y por convertirse al catolicismo. De su amistad con Felipe IV quedan las esculturas en el Museo del Prado que el español le compró cuando estaba exiliada en Roma. Forma parte del libro Historia de las Guerras de la Religión, que recientemente ha publicado María, volumen que se abre con la frase de la soberana sueca del Siglo de Oro: “Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes, a pesar de la edad y de los mundos diferentes”.