Cuesta de enero
Las cosas para el inicio del año pintan mal porque las reuniones familiares o de amigos en lugar- o también- de un agujero en el bolsillo dejan contagios,presión hospitalaria, confinamientos, bajas laborales y lo peor, más fallecimientos.
Iniciamos el año hablando de esta crisis sanitaria que tenemos más pegada que una lapa y dispuesta a seguir haciéndonos compañía. Antes se hablaba mucho de la famosa cuesta de enero pero las más de las veces por los dispendios o excesos hechos en la Navidad que obligaban a apretarse el cinturón en el mes que inicia el año. Este año podemos decir que los excesos para la mayoría no han sido tales por las muchas suspensiones de celebraciones que ellos mismos se han- o nos hemos- impuesto por la situación de expansión del virus. La economía no está para echar cohetes aunque los datos del paro parecen mostrar signos de algún alivio o al menos de ciertas esperanzas tal vez muy insuficientes a las aspiraciones que todos tenemos y que nos frustra en parte el disparado IPC que afecta al bolsillo de cada uno de nosotros.
Parece que podemos repetir aquello de que “y no encontraba donde posar los ojos que no me recordaran destrucción y ruina”. Pero estamos al final de la Navidad, despidiendo estos días y soñar es gratuito. Estamos convencidos de que la gran mayoría, por desgracia no todos, habrán recibido algo especial en tan señalada noche o madrugada.
Las cosas para el inicio del año pintan mal porque las reuniones familiares o de amigos en lugar- o también- de un agujero en el bolsillo dejan contagios,presión hospitalaria, confinamientos, bajas laborales y lo peor, más fallecimientos. Sabemos que habrá que trabajar duro para conseguir la victoria pero la conseguiremos, pues a lo más oscuro amanece Dios o así lo pensamos quienes creemos en ese Niño Dios que acaba de nacer de nuevo en esta Humanidad que tanto deseamos todos que sea mejor.
No son días de escribir mucho sino más bien de soñar y desear incluso despiertos lo mejor para todos con el deseo y también esperanza en que el rumbo cambie a mejor. Sanidad, Educación… y otras muchas cosas han de mejorar para todos y entendemos que en ello están nuestros políticos. No debemos pensar en una simple supervivencia sino en un vivir mejor, Y desearlo porque es posible y más si todos de una u otra forma contribuimos a hacerlo. Y no pensemos que eso es una ilusión sino una realidad alcanzable y sin parecer demasiado ilusos…