David Trijueque Serrano presenta su última novela 'Bernardo del Carpio. El héroe de Roncesvalles'
En esta entrevista explica que "las vidas de Bernardo del Carpio y del Cid Campeador guardan muchos paralelismos".
El escritor alcarreño David Serrano Trijueque presentó el pasado 13 de mayo en el Palacio de Dávalos su última novela, titulada Bernardo del Carpio. El héroe de Roncesvalles, con la que ha quedado finalista en el I Certamen de Novela Histórica ‘Ciudad de Liria’.
La primera pregunta resulta obligada: ¿quién era Bernardo del Carpio?
Dado que esa es una cuestión cuya respuesta podría desvelar alguno de los entresijos de la novela que le quitaran la gracia a la hora de leerla, me limitaré a apuntar que, según los primeros historiadores que allá por el siglo XIII se dedicaron a recoger sus crónicas, Bernardo del Carpio fue un guerrero extraordinario; hasta el punto de que se decía que ningún soldado podía igualarle en fuerza, decisión y vigor. En palabras de fray Antonio Sánchez, cronista del monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, Bernardo fue uno de los más ilustres caballeros que ha tenido España y de los más celebrados de la fama por esforzado, animoso y vencedor de grandes batallas.
¿En qué época histórica está ambientada la novela?
En la Alta Edad Media, entre las postrimerías del siglo VIII y las primeras décadas del IX. Principalmente, en los albores del reinado de Alfonso II de Asturias. Hay que significar que fue esta una época muy crítica para la supervivencia del último reducto cristiano del norte peninsular, el cual se vio seriamente amenazado por una sucesión de despiadadas aceifas musulmanas. Sin ir más lejos, Oviedo, la capital del reino astur, fue destruido y saqueado hasta por dos veces consecutivas. Como se puede comprender, el reino quedó en una muy difícil situación. Y precisamente ahí reside el origen de Castilla, pues fue entonces cuando los cristianos sintieron la necesidad urgente de fortificar las comarcas sitas al norte de los montes Obarenes, la llamada tierra de Vardulia; promoviendo la repoblación con gentes de diferente proveniencia y erigiendo numerosos castillos que pudieran servir de defensa contra las insistentes incursiones de los musulmanes del alto Ebro. Castillos que finalmente darían su nombre a la región: Castilla o Los Castillos.
Retornando a la figura de Bernardo del Carpio, ¿cuánto de real y cuánto de legendario hay en su vida?
A pesar de que algunos autores se inclinaron por negar su existencia, el tesón del historiador asturiano Vicente José González García ha hecho posible reunir un buen número de pruebas que acreditan su autenticidad. Si bien, y como ocurre con otros personajes, no hay que descartar que sus gestas fueran magnificadas por los trovadores medievales. A este respecto, es de reseñar la opinión de don Miguel de Cervantes, expresada en su obra cumbre por boca de un canónigo cuando don Quijote es transportado en una carreta hacia su aldea, y entre ambos se entabla un agradable diálogo acerca de los héroes caballerescos: En que hubo Cid no hay duda, ni menos Bernardo del Carpio; pero de que hicieron las hazañas que dicen creo que la hay muy grande.
A propósito del Cid Campeador, a tenor de los hechos narrados en la novela da la impresión de que se trata de dos figuras muy parecidas.
Así es. Con algún que otro matiz y con la salvedad de que Bernardo del Carpio es anterior en el tiempo, lo cierto es que las vidas de ambos héroes guardan muchos paralelismos. No en vano, ambos son cumplidos caballeros con gloriosos hechos de armas contra los musulmanes a sus espaldas; ambos se enfrentarán al rey cristiano de turno y habrán de sufrir la pena de destierro por ello; y ambos mostrarán nulos prejuicios a la hora de establecer alianzas puntuales con el enemigo infiel para así alcanzar intereses comunes.
¿Cómo surgió la idea de escribir una novela histórica basada en la vida de Bernardo del Carpio?
Fue hace tiempo, a propósito del trabajo de documentación necesario para escribir otro libro, el cual presentaremos, Dios mediante, el día 10 de julio en Cifuentes, y que versa sobre la ajetreada y convulsa vida de don Juan Manuel. El caso es que tuve que investigar acerca de lo que iban cantando los trovadores en aquella época, y me llamó mucho la atención el hecho de que uno de los romances más populares fuera el de Bernardo del Carpio. Al reparar en que era un personaje prácticamente desconocido hoy día, quise dedicarle una obra en aras de contribuir a levantar esa pesada losa que parece haber caído sobre su memoria.
¿Cuál es, a su juicio, el motivo que ha provocado que Bernardo del Carpio sea uno de los héroes medievales más olvidados en la actualidad?
Creo que, fundamentalmente, ha habido dos factores. En primer lugar que, a diferencia de lo que ocurrió con el Mío Cid, el cantar que recogía sus gestas se perdió con el transcurso del tiempo. Y el segundo que, a pesar de la grandísima influencia que tuvo su figura para los escritores del Siglo de Oro (no en vano, sirvió de inspiración para un buen número de obras caballerescas en prosa, poemas épicos y piezas teatrales, entre ellas algunas de Lope de Vega y de Cervantes), posteriormente, con la supremacía francesa durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol, se comenzó a eclipsar la figura de Bernardo y hasta a poner en duda su existencia. El motivo, en mi opinión, estriba en la grandísima y humillante derrota que infligió al ejército del emperador Carlomagno durante la conocida como batalla de Roncesvalles, una de las más legendarias de la Edad Media, y en el transcurso de la cual Bernardo venció a los Doce Pares de Francia y mató al célebre Roldán, sobrino del emperador y el más bravo paladín del ejército franco, lo cual provocó la huida de las tropas invasoras. Llegados a este punto es bueno recordar que, tanto ingleses como franceses han acostumbrado a escribir la historia obviando en algunas ocasiones sus derrotas y a quienes los derrotaron. Buena muestra de ello es La Chanson de Roland, donde en ningún verso se menciona la figura de Bernardo.
Aparte del de la guerra, ¿qué otros temas se desarrollan en la novela?
A pesar de que fue una época muy agitada a nivel bélico, el libro no se centra únicamente en este aspecto, sino que saca a relucir otros temas, tales como la lucha por un amor imposible; la tolerancia y el respeto con los que piensan diferente, especialmente si pertenecen a otra cultura y religión; la fidelidad a los principios y valores de cada cual, pese a las consecuencias que esto pueda acarrear; la ambición, la lucha por el poder, y esto a través de una trama de oscuras y enrevesadas intrigas, donde el engaño y la traición acechan a la vuelta de la esquina, y que harán que la vida de los personajes esté muchas veces en un suspiro. Y, por último, el tema de la reconciliación. No solo del saber perdonar, sino también del valor para pedir perdón.