De paseo por Guadalajara capital: una ciudad con mucho interés

23/11/2022 - 18:27 Redaccion

El otoño ofrece la posibilidad de seguir disfrutando de planes culturales que bien pueden ser bajo la ruta de los Bienes de Interés Cultural (BIC) que hay en la provincia. El primer viaje será por Guadalajara capital, una ciudad con mucho interés y mucho por ofrecer, pero hay muchos más.

El otoño ofrece la oportunidad de disfrutar de la provincia desde una perspectiva diferente. Los colores anaranjados y ocres que nos regala la naturaleza durante esta estación son una invitación a disfrutar de estos días más cortos en cuanto a horas de luz, pero que bien aprovechados pueden ser muy intensos, para conocer el patrimonio, especialmente aquel que está protegido bajo la figura de Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Estos son una inmejorable hoja de ruta para conocer las distintas comarcas de la provincia, que cuenta con un total de 106 BIC, y adentrarnos en sus particularidades y curiosidades.


Guadalajara capital tiene en la actualidad 19 edificios con esta figura de protección al que próximamente se sumará otro: el Palacio de la Cotilla o el Palacio de los Marqueses de Villamejor. El pasado lunes, el Gobierno regional inició el expediente para declararlo BIC. Esto supone una garantía de conservación para el futuro, pero también un compromiso por parte del Gobierno regional y local y de todos los ciudadanos.


Este palacio se construyó en el siglo XVII y en su interior destaca por su carácter excepcional el Salón Chino, una sala cuyas paredes están totalmente cubiertas por un mural en papel de arroz con imágenes típicas de la vida y sociedad china. En la planta superior hay un espacio dedicado a Antonio Buero Vallejo, en el que se recrea el despacho que el dramaturgo tenía en su domicilio de Madrid. También se pueden contemplar algunas obras del pintor Regino Pradillo. Y parte de sus salas se utilizan para impartir clases.


El Infantado
Este se sumará a la larga lista de BIC de la capital alcarreña en la que sobresale el Palacio del Infantado, construido a finales del siglo XV por Juan Guas, a petición del II Duque del Infantado. Su fachada, sus jardines y su Patio de los Leones configuran un edificio único que no pasa desapercibido al visitante.


 El otro gran BIC de la ciudad es la Fundación de la Vega del Pozo o de San Diego de Alcalá. Constituye un conjunto monumental digno de visitar, que fue trazado por Ricardo Velázquez Bosco por encargo de la duquesa de Sevillano y condesa de la Vega del Pozo. Junto a él se encuentra el Panteón, otra de las joyas de la ciudad. Tiene planta de cruz griega. En su interior, destaca el altar, presidido por El Calvario, pintado por Alejandro Ferrán, y en la cripta, sobresale el grupo escultórico que representa el cortejo fúnebre de la duquesa, realizado por Ángel García Díez.


 Otro de los BIC es el Palacio de la vizcondesa de Jorbalán. Otro edificio que debe su existencia a la Condesa de la Vega del Pozo, y cuya remodelación también fue encargada a Ricardo Veláquez Bosco.


 Fue este mismo arquitecto el que actuó también, a petición de la Condesa de la Vega del Pozo, en otro BIC de la ciudad: el Poblado de Villaflores. Fue un poblado agrícola, en el que había una casa de labor, un palomar, una capilla, un grupo de viviendas y un molino.

 

Iglesias
Son también varias las iglesias de la ciudad que cuentan con esta distinción regional. Destacan la iglesia de la Piedad, la de San Ginés, la de Santa María la Mayor (la concatedral), la de Santiago, la de San Nicolás y la del Convento de de Nuestra Señora de los Remedios. A estos edificios de carácter religioso se suman también como Bien de Interés Cultural el Convento de San Francisco y el Convento de Carmelitas de San José.

Dentro de la arquitectura religiosa, la lista de BIC de la ciudad  incluye también la capilla de Luis de Lucena. Se trata de una capilla particular de carácter funerario, que se mandó construir hacia el año 1540, y que sobrevivió al derribo de la iglesia de San Miguel, a la que pertenecía.

Torreones
El Torreón del Alamín y el Torreón de Álvar Fáñez son otros dos edificios protegidos de la capital alcarreña. El primero, junto al puente de las Infantas, tiene planta cuadrada y tres pisos cubiertos por bóvedas de ladrillo. El segundo, situado en la parte posterior de los jardines del Infantado, tiene planta pentagonal  y se levantó a principios del siglo XIV.


Dentro de la arquitectura civil destaca el Puente sobre el Henares, que es uno de los escasos ejemplos de la ingeniería andalusí del siglo X.


En la lista de los BIC está también el Instituto Liceo Caracense, construido en torno al año 1.500. La dirección se atribuye a Lorenzo Vázquez, autor de las obras de la casa Mendoza en tierras castellanas. Tiene una estructura equilibrada, con planta cuadrada en torno a un patio central que está rodeado de cuartos.

Esta lista de Bienes de Interés Cultural constituyen un auténtico plan turístico para conocer la ciudad y adentrarse en su pasado, ya que estos edificios dan testimonio de la riqueza patrimonial existente entre las calles de la capital que a veces pasa desapercibida.

 

El Laboratorio de los Ingleses y el Cementerio municipal, dos Bienes de Interés Patrimonial

En esta relación de bienes inmuebles sobresalen dos edificios que tienen la categoría de Bien de Interés Patrimonial (BIP). Se trata del Laboratorio de los Ingleses y los patios de Nuestra Señora de la Antigua, Nuestra Señora de la Soledad y de Santa Ana del Cementerio Municipal.

El primero se construyó, con un diseño sencillo y práctico adaptado al uso que se iba a dar: una fábrica, entre los años 1786 y 1787.  Tiene planta rectangular y tres alturas. Su historia está estrechamente ligada a la Real Fábrica de Paños de Guadalajara.

Los patios del Cementerio Municipal se levantaron entre finales del siglo XIX y principios del XX. Ubicados en el ángulo suroeste, ocupan una extensión cercana a los 20.000 metros cuadrados. Se caracterizan por conservar un buen número de mausoleos de alto valor arquitectónico y el ambiente propio de un camposanto del Romanticismo.