El escaparate de Fitur

19/01/2018 - 20:20 Pedro Villaverde Embid

 Este viernes se ha celebrado en Fitur el Día de la Provincia, organizado por la Diputación con una puesta en escena novedosa respecto a pasadas ediciones

La Feria Internacional del Turismo más prestigiosa del mundo se celebra en Madrid días después de conocerse los espectaculares datos que convierten a nuestro país en el segundo destino preferido del globo terráqueo. Las cifras en la provincia, en cuanto a número de pernoctaciones, visitas a las localidades con Oficina de Turismo o referencias como el CITUG de Torija y la Casa del Cordón de Atienza, que computan estadísticas, han experimentado incrementos en el último año. Este viernes se celebrará en Fitur el Día de la Provincia, organizado por la Diputación con una puesta en escena novedosa respecto a pasadas ediciones en la que la variedad de nuestra tierra se exhibirá de forma conjunta y a través de distintas iniciativas. Invertir en turismo es hacerlo en desarrollo o al menos en supervivencia para zonas como el Señorío de Molina, las parameras molineras o los pueblos de la Arquitectura Negra. La oferta de casas rurales y alojamientos es muy amplia y la posibilidad de actividades al aire libre, como el senderismo, el montañismo, la equitación o el disfrute de las zonas de baño, es inmensa, viéndose complementada con la cocina castellana que sirven numerosos restaurantes. Los encantos de nuestra patria chica los recordamos en un suplemento especial que se repartirá por Madrid. Las cifras del último padrón ponen de manifiesto que la parte más atractiva, turísticamente hablando, pierde población. El tejido industrial y comercial es cada vez más escaso, los jóvenes no encuentran oportunidades en su pueblo o prefieren vivir en lugares más grandes y con más servicios. Las comunicaciones están cuidadas y tal vez sea por ello por lo que muchos optan por desplazarse y regresar a la ciudad si encuentran trabajo en una localidad pequeña. El problema es difícil de afrontar. Lo que está claro es el potencial que ofrece el turismo para atraer al menos visitas que permitan ganarse  la vida a los negocios que dependen de este público. Debemos apostar por esta vía para mantener vivos los pueblos, más allá de que sean destino vacacional y pasemos en ellos las imprescindibles fiestas del verano.