El Festival Ducal ha puesto en valor el trabajo de las gentes de Pastrana, desde el Siglo de Oro hasta hoy

30/06/2024 - 19:58 Redacción

La edición de este año se ha dedicado a homenajear al pueblo llano, con actuaciones teatrales y musicales en las diferentes calles y plazas de la villa ducal, y distintos espectáculos de animación, durante tres días, en un cambio de fechas al último fin de semana de junio.

Pastrana, un poco antes de lo habitual, pero haciendo coincidir la celebración con el día del nacimiento -29 de junio en Cifuentes- de quien es, probablemente, el emblema principal de la villa dual: doña Ana Hurtado de Mendoza de la Cerda, la princesa de Éboli, “ha puesto a funcionar su máquina del tiempo”, como la definía el alcalde de Pastrana, Carlos Largo, para devolver a los pastraneros y a los visitantes al Siglo de Oro, la época en la que la villa alcarreña alcanzaba su máximo esplendor.

En una edición que, a diferencia de otras anteriores, se ha dedicado al pueblo llano, con actuaciones a pie de calle en los hermosos rincones de Pastrana, el alcalde ha felicitado a los pastraneros de hoy, “que trabajan duro muchos meses antes de que llegue su fecha”, para que el festival se convierta en una gran realidad. Y con esta felicitación, el alcalde recordaba también a aldeanos y labriegos que hicieron industria de las huertas, de las plantaciones de moreras, a los comerciantes que implantaron sus negocios en la villa, a los ganaderos y panaderos, los artesanos y las monjas y frailes  que llegaron a poblar los conventos fundados por Santa Teresa, que compartieron con los príncipes de Éboli su amor por Pastrana.

El alcalde de Pastrana también ha lamentado que la presente edición haya perdido apoyos económicos importantes, “en el último momento”. Sin embargo, ha ratificado ante los pastraneros el apoyo incondicional del Ayuntamiento, dentro de sus posibilidades económicas, a un Festival, de interés Turístico Regional, que es “una inmejorable tarjeta de presentación de Pastrana, puesto que incluye, en el mismo menú, lo mejor que tenemos, nuestra historia y monumentos, contada y reivindicados, respectivamente, por los pastraneros”.

Además de este cambio de fechas, la presente edición ha ampliado su programa, para ofrecer al visitante un viaje en el tiempo de tres días completos.

No han faltado epígrafes fundamentales en el festival, como la entrega del premio Princesa de Éboli, que este año se le ha entregado a la Coral La Paz. El premio, lo recogió su presidente, Javier Gumiel, que lo hizo extensivo a los miembros fundadores de la Asociación, y a sus directores pasados y presentes, y, en general a todos sus coralistas.

Igualmente, la presente edición ha puesto en valor, como todas las anteriores, otro de los tesoros de Pastrana, como es el órgano de tubos de la Colegiata, con un concierto de la organista  de origen ruso Liudmila Matsyura, en el que, como no podía ser de otra manera, la intérprete eligió algunos tesoros musicales del Siglo de Oro, con obras de Antonio de Cabezón o Juan Cabanilles, seleccionadas para sacar el mayor partido posible de la sonoridad de este maravilloso instrumento que fue construido en 1703 por Domingo de Mendoza, maestro organero de la Capilla Real de Felipe V.  Con una sobresaliente trayectoria musical, Liudmila es, desde 2006, organista titular  de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares.  El órgano sigue sonando maravillosamente, a día de hoy, gracias a una laboriosa restauración, concluida hace ahora, precisamente, 25 años, en junio de 1999.

Como en cada edición, hubo sitio para la cultura, con la conferencia 'Guardar la memoria de la casa ducal de Pastrana. La labor del duque Manuel de Toledo', que impartió el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Juan Gabriel Ranera. El historiador pastranero destacó que el último gran duque de Pastrana vinculado a la Villa Ducal y con sentimiento de pertenencia al linaje fue don Manuel de Toledo y Lesparre, quien no solo fue el último familiar en enterrarse en la cripta de la iglesia-colegiata de Pastrana, sino que además fue el encargado de recoger a mediados del siglo XIX los restos mortales de toda la familia Mendoza y duques de Pastrana e Infantado, repartidos, desperdigados e incluso profanados, como los del panteón de San Francisco en Guadalajara, y reunirlos y darles digna sepultura en la cripta pastranera.

El sábado por la tarde, atípico, puesto que a finales del mes de junio la temperatura no pasaba por mucho de los 20ºC, las asociaciones se desplegaron por el casco histórico de Pastrana. El Grupo de Teatro Moratín interpretó distintas escenas de la historia de Pastrana en lugares emblemáticos, como la Plaza de los Cuatro Caños, o la de la Colegiata, con gran éxito de público. Y lo mismo hacía la Coral La Paz, engalanando calles y plazas su amplio repertorio vocal. La Asociación de Damas y Caballeros mostró sus danzas cortesanas, este año bailando sobre las calles adoquinadas, y no sobre el escenario, mientras que la Banda de Música de Pastrana, acompañó musicalmente, con sus secciones de viento y percusión, los mejores momentos de Festival.

Al filo de las nueve de una noche que, por fin, se despejaba de nubes, los príncipes de Éboli salían al balcón del Palacio de Covarrubias para, en el día del cumpleaños de doña Ana, dar comienzo al desfile de personajes de Pastrana. Delante de todos ellos, los músicos de la Banda, y sus tambores y flautas, detrás, por este orden, la tarasca, grupos de aldeanos, la Coral La Paz, calatravos, nobles llegados de las casas del Infantado, Medinaceli y Medina Sidonia, así como los propios nobles de Pastrana.

Desde la Viga Gorda, el desfile de personajes, sus canciones y bailes, se prolongaron por la calle de la Princesa de Éboli, calle de Santa Teresa y del Heruelo, para continuar por la Plaza del Ayuntamiento, de vuelta hasta la Plaza de la Hora. Y cuando la tarde se hizo noche, bajo la reja por la que se asomaba doña Ana, tenía lugar un magnífico espectáculo de fuego, que incluyó, danzas y luchas, y atractivos efectos visuales, para el numeroso público que se dio cita a esa hora en el lugar.

Para el domingo por la mañana, quedaba el paseo de nobles y clero desde el palacio a La Colegiata, para escuchar la Misa de Ángelus, cantada en latín. El grupo Professional History, que ha colaborado con los pastraneros desarrollando un magnífico programa de actividades, le daba continuidad al último día del Festival, con magos, teatro de calle, y visitas guiadas a las exposiciones de armas de la Plaza de la Iglesia.

El Festival Ducal de Pastrana, Fiesta de Interés Regional desde 2021,  cuenta con su propio taller de confección, que se dirige desde la Asociación de Damas y caballeros, donde se elaboran todos los trajes que se eligen durante estos días así como reposteros, pendones y banderas que visten las calles y plazas de la villa durante los días del Festival. Igualmente, esta decoración se ha visto implementada por la de Professional History.

La unión de Pastrana, que simboliza el Festival, ha obtenido muchos reconocimientos otorgados, como ser miembro de la AEFRH (Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas) y con ello, parte de la Federación Europea de Recreaciones Históricas. Este año, acompañando a los pastraneros, han venido a participar recreadores de Yecla (Murcia), Hellín (Albacete), San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Berja (Almería), Laredo (Santander) y de la ciudad de Madrid.

El alcalde de Pastrana, Carlos Largo, se mostraba satisfecho con el cambio de fecha. “Parece que ha funcionado, y que este último fin de semana de junio puede ser el momento perfecto para la convocatoria del Festival. También el renovado formato de actividades se ha traducido en un Festival más dinámico en el que el ir y venir por las principales calles de la Villa ha sido constante. Pronto se analizará el Festival 2024 para fortalecer los buenos resultados y ver donde se puede mejorar”, señalaba en sus conclusiones. 


Según la estimación municipal, cerca de 6.000 personas han pasado por Pastrana a lo largo de los tres días con la tarde del sábado como momento álgido, lo que es una magnífica noticia para la hostelería y la restauración locales. “No olvidemos que el Festival, como la Feria Apícola, también es un magnífico acicate económico para nuestra hostelería y restauración”, terminaba.