El Hospital, pionero mundial en una técnica empleada en un parto de alto riesgo
El Hospital de Guadalajara se convierte en referencia mundial gracias a una intervención quirúrgica realizada el 26 de diciembre.
El Hospital de Guadalajara se ha convertido en una referencia mundial gracias a una pionera intervención realizada el pasado día 26. Una operación, y esto es lo realmente importante, que ha permitido a una madre dar a la luz a su hija en una situación de notable riesgo para ambas.
Según explica la doctora Mercedes Guerra Requena, jefa del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital Universitario de Guadalajara, todo empezó cuando el equipo de Ginecología detectó un problema en una mujer que iba a dar a luz. En concreto, tenía acretismo placentario, con la placenta fuertemente enraizada a la pared del útero, lo que conllevaba un gran riesgo de sangrado durante el parto que podía poner en peligro la vida de madre e hijo. Detectado el problema, se puso en marcha un dispositivo que terminaría implicando, además de a los profesionales de Ginecología, a los de Anestesia, Pediatría, Enfermería y Cirugía Vascular.
La fecha del parto fue el día 26 y el sistema que se utilizaría para controlar el posible sangrado sería la implantación de un balón de oclusión aórtico (REBOA). Ahora bien, aquí aparecían dos nuevos problemas. El primero era que este balón suele introducirse por la zona femoral para interrumpir el riego sanguíneo desde el ombligo hasta los pies, lo que puede dificultar el trabajo de los ginecólogos que atienden el parto. El segundo, que no se puede emplear anestesia general en la madre, ya que esta puede afectar negativamente al bebe.
Fue aquí donde se decidió apostar por una solución pionera a nivel mundial: introducir el balón de oclusión aórtica por la arteria axilar izquierda, lo que dejaría la zona del abdomen totalmente libre a los ginecólogos para que pudieran atender el parto y trabajar con mayor rapidez. En este primer momento, la anestesia empleada fue local. En cuanto se completó el parto y la niña estuvo en manos de dos neonatólogos, se pasó de la anestesia local a la general y se procedió a cortar el riego para evitar el sangrado, devolviéndolo cada diez minutos para que la sangre llegara a las piernas, ya que no puede tenerse tanto tiempo el cuerpo sin riego sanguíneo. Gracias al nuevo método usado en el Hospital, ni siquiera fue necesario poner puntos para cerrar el punto de la axila por el que se introdujo el balón.
Finalmente, la operación, que duró aproximadamente dos horas, fue todo un éxito. “Tanto la madre como la niña se encuentran en buen estado y eso es lo realmente importante”, señala Guerra, quien cree que este sistema volverá a emplearse en situaciones similares en el futuro.
Equipo de Anestesia y Cirugía Vascular. En la caja está el kit del balón de oclusión aórtica REBOA.
Equipo de Ginecología
Equipo de Cirugía Vascular con el balón de oclusión aórtica introducido por la arteria axilar izquierda con anestesia local.
Tapón de cierre de la punción de la arteria.