El convento de las Carmelitas de Budia vuelve a la vida 160 años después para acoger la exposición de un artista internacional

17/06/2020 - 22:24 J. Pastrana

Se ha desescombrado y adecuado el edificio para acoger la obra de un artista reconocido internacionalmente que expondrá obras que han sido expuesta en galerías de Londres.

El viernes, 17 de julio, el artista  Alexander James Hamilton inaugurará en el Convento de los Carmelitas de Budia, que lleva cerrado al público más de 160 años. El artista ha instalado un sistema de iluminación de galería construido especialmente para este espacio y fabricado a mano por él mismo utilizando basura de aluminio. El convento se convertirá así en el hogar de “Renaciendo”, una exposición al aire libre de obras fotográficas, iluminación y esculturas a gran escala de Hamilton, una exposición que también pretende ser "un testimonio poético de la vitalidad de nuestro mundo natural y su significado en nuestra vida cultural", según indica el propio catálogo.

Alexan James Hamilton es un artiste reconocido internacionalmente que desde hace unos años reside en Budia. Gracias a esta iniciativa, se ha desescombrado el famoso convento, que acogera una obras que el año pasado ya estuvieron la galería londinense Dellasposa y en el prestigioso escenario público Canary Wharf Cross-Rail diseñado por Sir Norman Foster.

Las obras de arte expuestas están inspiradas en las experiencias de Hamilton. “Renaciendo es una oda a nuestro mundo que desaparece y un catalizador de una intervención artística audaz que aborda el impacto de la industrialización y la contaminación a nuestro entorno oceánico".

Con esta nueva iniciativa vuelve a reivindicarse el valor del Convento de las Carmelitas, un bello emplazamiento que cuenta incluso con una iniciativa en change.org que reclama su restauración.

 

La exposición

Trabajando a lo largo de la línea marítima de las Maldivas, donde las islas de coral se están perdiendo bajo las olas y la contaminación plástica,  el artista creó esta serie de trabajos en un estudio al aire libre, en buceo libre y depositando en tierra el detritus plástico encontrado entre la flora y fauna exóticas, tanto en tierra como bajo el mar. Durante 4 meses, navegó en un kayak que él mismo diseñó y construyó, explorando todos los atolones de la isla y creando intervenciones artísticas dentro de sus muchos ecosistemas de arrecifes. Generando su propia agua potable y electricidad, sin apoyo y a la deriva, el artista pasó su 50 cumpleaños en una pequeña isla de 30 metros mientras sufría los efectos maltratadores de un tifón durante 3 días.

Alexander permitió que el propio medio ambiente proporcionara los materiales para su creación artística, manifestando que este proceso resultó "una fusión única con el entorno, apoyándome en el agua como aliado recurrente; y lo más importante, sin dejar ninguna huella de polución ambiental durante el proceso".

Las impactantes imágenes son el resultado directo de la unión de los materiales con las placas de film transparente, expuestas a la luz de la luna y el sol al amanecer. Es un proceso evolutivo e impredecible que es tan convincente en su lenguaje visual como lo es en la obra de arte final.

Durante este tiempo Alexander también publicó más de 150 manuscritos dirigidos a grupos ecologistas, políticos y grandes corporaciones; cada carta, en la que se presentaba su manifiesto para la protección ambiental, se incluía una valiosa obra de arte, una Polaroid original, reafirmando la importancia de los mensajes y asegurando un mayor compromiso por parte de cada destinatario.

Una selección de estas obras de arte que ahora se presentan en Budia (Guadalajara), se exhibieron públicamente en Londres el año pasado en la galería londinense Dellasposa y en el prestigioso escenario público Canary Wharf Cross-Rail diseñado por Sir Norman Foster. Ahora estarán expuestas en el edificio que en su día conformó El Convento de Carmelitas de Budia. El sitio supone la última estructura carmelita barroca que queda en toda España y data de 1688, operativa con la hermandad de 1732 a 1835.

El convento ha estado cerrado y abandonado durante muchos años, lo que ha provocado el deterioro permanente de su estructura; el artista se ha unido a la comunidad local, apoyando su preservación para evitar una mayor ruina, y prometiendo la reapertura del espacio. El artista supervisa la ejecución del proyecto que permitirá en el futuro, el acceso público a este espectacular espacio.

Durante muchos años el artista ha sido un embajador vocal de la 'Estrategia 3 R': Reducir, Reutilizar y Reciclar para reforzar la "creencia de que la sociedad necesita un nuevo despertar espiritual con la naturaleza".