El pueblo alcarreño de las 10 fuentes

Caminar por sus sendas es seguir un hilo de frescura que atraviesa siglos. Entre los caminos del municipio, surge la Fuente de la Losa, fría incluso en agosto, y más adelante, la Fuente de la Piedra del Castillo, que conserva el caudal constante que brota de la roca.

En diferentes parajes del pueblo se encuentran la Fuente de la Teja y el Carravillar, ambas manando de manera continua.

Solo entonces se revela el lugar: Solanillos del Extremo, un pueblo pequeño, rodeado de colinas, donde cada fuente forma parte de un patrimonio hidráulico histórico que ha sido preservado a lo largo del tiempo.

El visitante descubre que muchas fuentes se usaron tradicionalmente como lavaderos o abrevaderos. La Fuente Nueva, junto al antiguo lavadero de piedra, se conserva como recuerdo de estas funciones. Muy cerca está la Fuente Vieja, ubicada junto al camino hacia el merendero, un punto de encuentro tradicional.

En el paraje de la Dehesa surge la Fuente Cueva de la Casa, que brota de una oquedad en la roca. Otros manantiales como la Fuente de la Rasa y la Fuente del Chopo de la Huerta acompañan espacios abiertos y huertos del municipio, formando parte del sistema hidráulico histórico.

La Fuente del Pozo aflora, serena y constante.

Cada manantial mantiene su identidad oficial y su lugar en el mapa del municipio. El paseo por las diez fuentes de Solanillos del Extremo permite apreciar el patrimonio natural y cultural, donde el agua sigue siendo un hilo vital entre el pasado y el presente.

Fuente: “Fuentes y manantiales en Solanillos del Extremo”, Ayuntamiento de Solanillos del Extremo.
Disponible en: https://www.aytosolanillos.com/fuentes/