El trasvase, ¿PARA QUE? Sustraen 2 millones de m³ del subsuelo de Murcia con los que regaban 125 Ha.

18/02/2022 - 19:06 FCV

La Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura ha aprobado un trasvase de 27 hectómetros cúbicos de agua para el mes de febrero. Entrepeñas y Buendía tiene un 27% de su capacidad.
Mientras, en Murcia, se explota ilegalmente el subsuelo, lugar donde se halla agua no potable de uso exclusivo para riego, en Guadalajara el caudal que se trasvasa desde la cabecera del Tajo es agua de boca. La explotación del líquido elemento se realiza rompiendo cualquier equilibrio medioambiental, como constata la Directiva Marco del Agua de la UE. Unas veces respetando la legalidad española, otras no.
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo delictivo que ha sustraído un total de  2 millones de hectómetros cúbicos de un pozo que se usaron para regar parcelas con cultivos de regadío que carecen de derecho a riego, en la comarca del Guadalentín. La actividad se desarrollaba en zona protegida. Las primeras pesquisas practicadas permitieron comprobar que la infraestructura hallada carecía de los correspondientes permisos para ser usada en las distintas explotaciones agrícolas y que se estaba extrayendo agua mediante un grupo electrógeno portátil ubicado a unos 100 metros aproximadamente del aprovechamiento a través de una derivación subterránea.

El aprovechamiento, se detectó, contravenía las características de la concesión, ya que poseía una tubería oculta bajo tierra, de unos 12 kilómetros de longitud, cuyo fin era la extracción ilícita de agua del subsuelo.

Los guardias civiles siguieron las conducciones a través de las tuberías que partían del mencionado aprovechamiento. Éstas contaban con diversas ramificaciones y tuberías soterradas de las cuales se ha podido constatar que abastecían a multitud de parcelas con cultivos de regadío en la zona, los cuáles, además, carecen de derecho a riego.

Durante la operación, los guardias civiles han inspeccionado 24 parcelas agrícolas con un total de 125 hectáreas de superficie, las cuales, presuntamente, estaban siendo regadas con dichos aprovechamientos. De este modo, la investigación ha estimado que la sustracción total de agua puede estar alrededor de dos millones de metros cúbicos.

La elaboración del informe pericial ha concluido que la extracción de aguas clandestinas incrementa el riesgo de sobrexplotación del acuífero.

Ha constatado que:

- Se ha producido un cambio en los usos del suelo cercano a la explotación, pasando en las últimas décadas de un terreno improductivo (dadas las condiciones climatológicas imperantes en la región) a una zona dedicada a la agricultura intensiva y cambios de cultivos de secano a regadío.

- Estos cambios influyen en la contaminación de las aguas subterráneas causada por el empleo de abonos y productos fitosanitarios ligados a la agricultura

Además, la explotación se halla situada sobre un espacio perteneciente a la Red Natura 2000, creada para proteger los recursos naturales ante la pérdida de biodiversidad.

 

La construcción de esta explotación y sus redes de distribución junto con la acentuación de la sobrexplotación supone una alteración de los hábitats de las diferentes especies que se asientan en el espacio, algunas incluidas en la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN), por lo que, tanto la extracción como las transformaciones agrícolas realizadas, debieran disponer de un estudio hidrogeológico específico para la minimización de su impacto ambiental.

 

Tras la operación, que aún continúa abierta, la Benemérita ha detenido a tres personas e investigado a otras 17, todas como presuntas autoras de los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, defraudación, usurpación y receptación de aguas subterráneas. También hay vinculadas a los hechos delictivos cinco empresas agrícolas.

Las actuaciones se iniciaron a finales de 2020, cuando guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) detectaron ciertas irregularidades en el uso de recursos hídricos en la comarca del Guadalentín, concretamente hallaron un pozo ubicado en la rambla del Talayón que estaba extrayendo una cantidad ingente de agua.

Las primeras pesquisas practicadas permitieron comprobar que la infraestructura hallada carecía de los correspondientes permisos para ser usada en las distintas explotaciones agrícolas y que se estaba extrayendo agua mediante un grupo electrógeno portátil ubicado a unos 100 metros aproximadamente del aprovechamiento a través de una derivación subterránea.