Eternas migas

01/02/2025 - 13:18 Antonio Yagüe

Al menos seis autonomías -Aragón, las Castillas, Extremadura, Murcia y La Rioja-, han ofrecido en Fitur entre sus delicias gastronómicas las humildes, populares y tradicionales migas.

Al menos seis autonomías -Aragón, las Castillas, Extremadura, Murcia y La Rioja-, han ofrecido en Fitur entre sus delicias gastronómicas las humildes, populares y tradicionales migas. Parece que, con sus diferentes variaciones, reinterpretadas y adaptadas a los gustos actuales, siguen siendo un plato de moda de primero y para compartir. 

Como los arroces, admiten muchas compañías. Tras los obligados ajos, las más frecuentes siguen siendo pimentón, torrendos, chorizo, longaniza y pimientos. Y para “pasarlas” uvas, naranjas, aceitunas, pepinillos, tomates, piparras…

Recuerdo en mi infancia rural aquellas migas para almorzar y combatir el recochor matutino. No digamos las pantagruélicas de matanza. Los buenos cocineros movían la rasera dentro de la sartén salteando todo y cuidaban el punto: ni húmedas ni demasiado secas. Luego, en la misma sartén, cucharada y paso atrás, alternando con tragos de la bota o del porrón.

Los expertos atribuyen su origen al ámbito pastoril. Díaz Yubero apuntaba que en sus encuentros frecuentes y en la trashumancia los pastores hacían “buenas migas”, compartiendo historias y problemas de su profesión, en concordia y aportando cada uno lo que disponía. Una lección para los politicuchos de hoy.

Algunos Paradores Nacionales las ofrecen habitualmente en su carta. En el de Alcalá de Henares todos los jueves de mayo las presentan con frutas y acompañamientos diferentes para poner de manifiesto su versatilidad y ofrecer un tentador motivo para repetir cada semana. En la ciudad de Cervantes, que las cita como modesta pitanza de Don Quijote y Sancho, son elaboradas y servidas como pequeña tapa en los bares.

El Parador de Molina de Aragón llega a tiempo de imitarlo en este mayo florido, anunciado para su inauguración por su presidenta. Puede incluir la receta castellana o la aragonesa que las corona con un huevo frito cuya yema, al romperse, baña primorosamente todo el conjunto. O con un par.