Faenón de Emilio de Justo en Brihuega

07/06/2021 - 11:51 S.L.

La corrida de Brihuega marcaba en la gran temporada de Emilio de Justo la tarde de su reaparición, tras varias semanas en el dique seco tras el grave percance de Leganés.

FOTOS: RAFAEL MARTÍN SOLANO

FICHA DE LA CORRIDA

Corrida de Domingo Hernández y Garcigrande (2º, 5º y 6º). El cuarto fue premiado con la vuelta al ruedo. En general, justos de fuerza pero con nobleza y fondo en la muleta. 

Emilio de Justo, grana y oro: pinchazo, estocada y descabello (aviso y silencio). En el cuarto, estocada (dos orejas).  

Juan Ortega, verde botella y azabache: estocada desprendida (oreja). En el quinto,  estocada (oreja).  

Roca Rey, azul marino y oro: estocada y descabello (dos orejas). En el sexto, estocada desprendida (oreja). 

Plaza de toros de La Muralla. Corrida de Primavera. Domingo 6 de junio de 2021.  Lleno de acuerdo al límite de capacidad permitido en tarde soleada de temperatura muy agradable. 

 

La corrida de Brihuega marcaba en la gran temporada de Emilio de Justo la tarde de su reaparición. Varias semanas en el dique seco tras el grave percance de Leganés y Brihuega como horizonte para el reencuentro con el público. Habría que esperar al castaño albardado que hizo cuarto. El galleo al caballo y un forzoso quite por chicuelinas fue el preámbulo antes de la gran obra. Pronto vislumbró el diestro extremeño las calidades del ejemplar de Domingo Hernández y en la primera serie diestra la faena ya rompió. En tensión y emoción. Distancias y colocación fueron claves en el toreo redondo que brotó ligado en tres grandes series de derechazos. Lo giros de muñeca y el toreo por dentro y sincero. El ejemplar se rebosaba de embestida en la muleta. Vino entonces el ensayo al natural por ambas manos sin la obligada ayuda. Nostalgia de otros tiempos del actual Joselito. Encajado de riñoñes y los muletazos de pecho barriendo el lomo del toro. La estocada se cobró al encuentro  y las dos orejas, de auténtico peso en cualquier otra plaza, fueron premio a una gran obra. La vuelta al ruedo a este toro, merecido premio. Antes, en su primero, no consiguió de Justo el acople necesario tras un torero comienzo flexionando la pierna de salida. 
 
Poder de Roca Rey
Tuvo la corrida, en general, la virtud de la raza. La flojedad manifiesta de los primeros tercios se convirtió en clase en la muleta, llegando al último tercio a sacar un fondo extraordinario. Faenas largas, a veces demasiado, en línea con la corriente del toreo actual. Roca Rey levantó la tarde en el primero de su lote desde que lo quitó por Chicuelo ceñido y con manos bajas. El poder de la muleta del peruano prontó imantó al astado desde el vibrante inicio de rodillas con que se plantó en mitad del ruedo. Cogió pulso la faena hasta que en el epílogo tiró de cercanías y, a favor del toro, le plantó cara con circulares por la espalda. El espadazo arriba y un descabello sirvieron la llave de la puerta grande. Aún redondearía más su hoja de servicios en el que cerraba plaza. Comienzo de faena marca de la casa con un espectacular muletazo cambiando por la espalda. Tuvo el animal nobleza, pero faltó cierto brío. El mismo que Roca intentó imprimir a una labor para dotarla de mayor empuje. Faena larga coronada con bernardinas de cierre y una estocada desprendida. 
 Exquisitez de Ortega
Una oreja cortó Juan Ortega de cada uno de sus ejemplares. Su primero delató de salida cierta invalidez de los cuartos traseros. Un punto parado, intentó Ortega conducirlo al ralentí. La exquisitez y sutileza en las formas volvieron a surgir de sus manos. El cierre por alto tuvo gusto en una labor que no cogió vuelo. 
    Las tres verónicas con que recibió Juan a su segundo fueron una auténtica escultura. La limpieza, la despaciosidad en el embroque...A la muleta llegó el animal en otras condiciones. Faena limpia con destellos de calidad por ambas manos.