Fallece Félix Calvo, presidente de Honor del Colegio de Médicos
A su empeño como Procurador en las Cortes se deben la construcción del puente elevado de la Nacional II a su paso por Cuatro Caminos y la apertura de un nuevo Hospital en la carretera de Cuenca.
Esta misma mañana se ha conocido el fallecimiento del doctor Félix Calvo, presidente de Honor del Colegio de Médicos de Guadalajara y persona muy querida en la ciudad de Guadalajara.
Tal y como recordaba nuestro compañero de Nueva Alcarria, Eduardo Díaz, en un artículo publicado hace pocos meses, Calvo Ortega ejerció su profesión tanto en el Hospital como en muchas clínicas privadas antes de jubilarse.
Nacido en el año 1929 en Marchamalo, se costeó la carrera de Medicina con los ingresos que obteía realizando las labores de Practicante. Una vez terminada la Licenciatura, comenzó a trabajar en el Hospital Provincial de Guadalajara junto a grandes profesionales como Pedro Sanz Vázquez, Rafael González o el ginecólogo Domingo García Carrasco. "Una de las principales cualidades de Félix Calvo a la hora de atender a sus pacientes era la humanidad que desprendía hacía los que acudían a su consulta a los que siempre consideraba como si fueran de su familia", recuerda Eduardo Díaz.
Otra de las facetas de Félix Ortega fue su andadura en la vida política. Gracias a su empeño como Procurador en Cortes a partir del año 1971, consiguió la construcción del puente elevado de la Nacional II a su paso por Cuatro Caminos y la apertura de un nuevo Hospital en la carretera de Cuenca. En las primeras elecciones democráticas del año 1977 se presentó para senador con el desaparecido partido de Unión de Centro Democrático, obteniendo el mayor número de votos entre los candidatos a ocupar un escaño en la Cámara Baja. Una vez terminada su actividad política en el año 1979, volvió de manera definitiva a su profesión de médico en la especialidad de Ginecología.
Otras de las grandes pasiones del doctor Félix Calvo fueron el fútbol, la tauromaquia y el ya desaparecido deporte del boxeo en la ciudad de Guadalajara. Félix siempre acudía a las veladas con combates que se disputaban en la Sala Museo y en el Coso de las Cruces como médico de manera altruista, ya que sabía las penurias económicas de los que organizaban las veladas del deporte de las doce cuerdas en la ciudad arriacense.
"Si de algo se siente muy orgulloso Félix Calvo es de haber contribuido a poner su granito de arena en la transición española con el objetivo de olvidar los rencores pasados de la triste guerra civil y poner comienzo a la democracia que disfrutamos en la actualidad", finalizaba el artículo.