Federica de Grecia, in memoriam, primera parte: La Princesa


En 2021 se han cumplido 40 años de la muerte de Federica de Grecia, madre de Sofía, la reina emérita. Feneció en Madrid después de una operación de cirugía estética, unas semanas antes del 23F. Las Hermanas Lara abordan la biografía de esta soberana en el exilio en cuatro entregas de Historia clínica.

El 6 de febrero de 2021 se cumplieron cuarenta años de la muerte de Federica Luisa Thyra Victoria Margarita Sofía Olga Cecilia Isabel Cristina de Hannover, la madre de la monarca emérita doña Sofía. Federica había nacido el 18 de abril de 1917 en Blankenburg, Alemania,siendo sus padres Ernesto Augusto III, duque de Brunswick, y Victoria Luisa de Prusia,  la única hija del emperador Guillermo II de Alemania y de la princesa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein. Se había quedado viuda en 1964 de Pablo I, dieciséis años mayor que ella, con quien se casó, por voluntad propia, comenzando juntos su reinado en 1947. En el año 1936 el príncipe Pablo, heredero al trono de Grecia, le había propuesto  matrimonio en Berlín durante los Juegos Olímpicos. El compromiso fue anunciado oficialmente el 28 de septiembre de 1937. Federica tuvo que abandonar el luteranismo y abrazar la fe cristiana ortodoxa, celebrándose el enlace finalmente el 9 de enero de 1938 en Atenas. Pablo y Federica eran primos segundos, bisnietos ambos del rey Cristian IX de Dinamarca. Federica, por su ascendencia, tenía los títulos de princesa de Gran Bretaña e Irlanda, princesa de Hannover, así como duquesa de Brunswick y de Luneburgo. Como descendiente del rey Jorge III, en el momento de su nacimiento Federica ocupaba el puesto trigésimo cuarto en la línea de sucesión al trono británico. Formaron un feliz matrimonio en lo personal, junto a sus hijos Sofía (1938), Constantino (1940) e Irene (1941), pero en un convulso contexto político, con guerras, exilios, intentos de reconstrucción económica nacional e intrigas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en abril de 1941 la familia real griega fue evacuada a Creta y, desde allí, a Sudáfrica, junto con el soberano Jorge II, país en el que nacería la última hija de la pareja, la princesa Irene, siendo su padrino el mariscal sudafricano Jan Smuts. Hitler había invadido Grecia y aplicó el exterminio hacia los judíos. Federica se convirtió en sospechosa debido al sentimiento antialemán. Como defensa, la reina afirmó:”Me di cuenta del odio que tengo a Hitler. ¿Qué derecho tiene a crear un Nuevo Orden mundial que nadie quiere? Por ese Orden Nuevo se destruyen las ciudades más florecientes y se siegan infinitas vidas humanas...”. Desarrolló también un fuerte anticomunismo: “Los sistemas totalitarios -nazismo, fascismo y marxismo- arrancan de una filosofía materialista, pero predican a los jóvenes un idealismo aparentemente puro. No les ofrecen mejores hoteles, casas o piscinas, sino que les enseñan a sacrificarse por el Estado y les convencen de que únicamente la destrucción de los viejos sistemas permitirá edificar la nueva sociedad humana ideal. Resultados de esta teoría suelen ser el fanatismo y un inmenso sufrimiento”, afirmaba en su autobiografía, la cual explicaremos las Hermanas Lara en la cuarta entrega de esta serie. Federica viviría en Londres la última etapa de la contienda, antes de poder regresar la familia, junto al restablecimiento de la monarquía, a la tierra de Sócrates y Platón.