¿FUTURO A PEDALES?: Los leones del circo ruso nos atacan

Y lo que le espera, con las propias abejas de su panal picándole por todo el cuerpo porque los ahumadores ya no hacen efecto. Los leones rusos están atacando con sus garras, y mordiendo a la yugular de nuestros bolsillos, que se van desangrando cada vez a mayor velocidad. Anteayer, cuando salía de casa, leí el gran cartel de una famosa gasolinera de Azuqueca de Henares situada en la orilla de la A-2: ¡Madre mía! El gasoil –aún pertenezco a ese grupo cada vez más insumiso y marginal de los carburantes fósiles- pasó de 1,33 euros el litro a 1,49 euros. Enseguida pedí a mi mujer una sublingual: El infarto llamaba a mis puertas, mientras que los coches me pitaban para que bajase a la realidad: tenía que seguir adelante, aunque fuese a pedales. Ayer, casi me salgo de la carretera –perdón a los siempre respetables agentes de Tráfico de la Guardia Civil-. Mi distracción fue casi mortal: el gasoil se puso a 1,62 euros y yo con el depósito vacío. Esto es lo más similar, conceptualmente hablando y siempre repudiando al criminal de Putin, a la explosión de una bomba de racimo o de esas termobáricas en mi bolsillo, que se quedó en llamas y gritando: “Paren la guerra”. ¡Madre mía la que nos espera!: El gas por las nubes ya nos intoxica (ríase de bombardeo de ayer a la central nuclear más grande de Europa); el petróleo en llamas; nuestros ganaderos con pienso para un mes; y los precios… Por las nubes. YO ME COMPRO UNA BICICLETA… Por lo que pueda pasar.

Y MÁS EN SERIO AÚN: Es fundamental tener una conciencia solidaria y de apoyo social. Ahora más que nunca nos debemos ayudar entre nosotros, entre los vecinos y entre las personas de cualquier nacionalidad, ahora ucranianas, porque lo que afecta a uno nos afecta a todos, y por cuestión de dignidad humana.