Iniéstola en el recuerdo

15/02/2020 - 16:21 José Serrano Belinchón

Conservo el texto original referente a todos los pueblos de la provincia que visité en los años ochenta. 

Ni qué decir que conservo el texto original, íntegro, referente a todos los pueblos de la provincia de Guadalajara que, durante la década de los años ochenta del pasado siglo, visité y dediqué una página de nuestro periódico a cada uno de ellos. Cuatrocientos treinta y cuatro reportajes fueron en total. Los originales de aquella sección titulada “Plaza Mayor” los conservo todos, y los miro alguna vez muy de tarde en tarde. En algunos de ellos noto cómo iban entrando en el impreciso mundo de la Historia. Hoy me he entretenido en mirar los tres folios del archivo dedicados a uno de los pueblos menos conocidos de la provincia, Iniéstola, ya por entonces prácticamente deshabitado. Era una mañana de otoño del año 1986 cuando pasé por allí a tomar apuntes de lo que veía para contarlo después a mis pacientes lectores. Carretera entre pinos, conseguí llegar desde Anguita a un pueblo chiquito, de gente humilde, servicial y conversadora, que me contaron lo poco que se podría contar sobre su pueblo; de cómo casi dos siglos atrás un voraz incendio acabó con él primer poblado, y que después hubo necesidad de reconstruirlo con la ayuda de los obispos de Sigüenza. El ayuntamiento, las escuelas, el frontón y el lavadero, fueron de posterior hechura. “Se inauguró el 13 de junio de 1958, siendo alcalde Alejandro Cabra”, se podía leer sobre una placa colocada sobre la puerta del lavadero. La escuela, ya por entonces se había quedado sin niños. Un hombre, al fin, encontré en la plaza dispuesto a acompañarme y a todo lo que hiciera falta. Aquel buen señor sse llamaba Alejandro y había sido el alcalde, cargo que por entonces ostentaba su hijo. Alejandro me contó, no sin pesar, que en sus años de alcalde se hicieron en el pueblo muchas cosas para servicio del vecindario, pero que, a pesar de todo, no fue posible contener la emigración. El pueblo de Iniéstola tiene tres calles, la del Sol, la de la Umbría y la de Enmedio. Celebran como fiesta mayor el día de Santa Bárbara, el cuatro de diciembre. Tenían otra fiesta importante wbn el mes de junio, la de San Antonio, que la tuvieron que cambiar porque coincidía con la de Alcolea y se les iba la gente. Pequeño y ordenado, encontré a Iniéstola como un pueblo que vivía del campo y de la jubilación. En otro tiempo lo fue de los trabajos de la Resinera, pero aquello se paralizó y la comarca sintió en sus carnes la desbandada de la juventud. Prototipo del momento actual en tantos pueblos nuestros. Quién les pondrá remedio.