
Jesús Villa Rojo en las memorias de la Fundación de Juan March
El pasado lunes, dia 21 de abril, el clarinetista, director y compositor, Jesús Villa Rojo protagonizo las Memorias de la Fundación, sesiones organizadas por la Fundación Juan March en su sede de Madrid donde son entrevistados antiguos destinatarios de becas o ayudas de esta.
De la mano del escritor y periodista Ramón González Férriz, los asistentes pudieron seguir la peripecia vital de Villa-Rojo desde su primer contacto con el clarinete en Brihuega, (*Como era demasiado grande tuve que tocar el requinto*) pasando por su traslado a Madrid con apenas 16 años para comenzar estudios musicales, la obtención del Premio Nacional de Piano (* aunque nunca nadie me oirá tocar dicho instrumento*) o el Premio Extraordinario de Composición (que le permitió estrenar Los tres Salmo de David) hasta su estancia en la Academia de Roma. Yen cada lugar los nombres propios que le fueron mandando: su padre en Brihuega, maestros como Ernesto Halffter o Gambau en el conservatorio madrileño y compañeros como Ennio Morricone o Nino Rota en la capital italiana.
El compositor recordó cómo la búsqueda de nuevos caminos que permitieran a la música salir de lo convencional le llevo a explorar, con la ayuda de la Fundación las posibilidades del clarinete, con un espíritu rupturista presente en el titulo de una de las composiciones escritas también gracias a una beca, Rupturas, obra reconocida en su momento (1976) como gran dificultad técnica tanto para el interprete como para el espectador.
También explico como la experiencia vivida en la Ciudad Eterna como integrante del Grupo di Improvisazione Nova Consonanza, le animaría a formar el Laboratorio de Interpretación Musical (LIM) con el que buscaba abrir nuevos caminos para la interpretación, adaptados a las necesidades de un joven que había regresado a España “con mucha fantasía, con mucha imaginación y con ganas de hacer cosas”.
En constante evolución, el ejercicio intelectual en que para Villa-Rojo consiste la música le llevará posteriormente a buscar caminos de encuentro con las obras de poetas como Juan Ramón Jiménez o Federico García Lorca, siendo precisamente los versos de un poeta, San Juan de la Cruz los protagonistas de la coral en que se encuentra actualmente trabajando.
Las palabras con que se cerró el encuentro, al que asistió un público entre quienes se encontraban los compositores Tomás Marco y José Ramón
Encinar, en resumen, a la perfección la relación de extrema honradez de Jesús Villa Rojo con la Música: “He estado siempre comprometido, intentando no falsear nunca nada”