La carrera en apoyo a Álvaro, todo un éxito
El delegado de la Junta en Guadalajara, José Luis Escudero, ha participado en la VI Carrera Rupestre de Puebla de Valles, acompañado por la alcaldesa del municipio, Elena Martín. Este evento deportivo, enmarcado en la programación de la Región Europea del Deporte de Castilla-La Mancha, ha tenido un carácter solidario, destinando los fondos recaudados a la mejora de la calidad de vida de niños con la enfermedad rara de Niemann-Pick, como Álvaro, de siete años, cuya familia está vinculada a este pueblo de la Sierra Norte.
Con 265 corredores y numeroso público, la carrera ha discurrido principalmente por senderos y caminos forestales del municipio con un recorrido de 10,7 kilómetros. Escudero ha destacado allí la importancia del deporte “como herramienta de solidaridad y valores positivos, así como una forma de promoción del turismo sostenible que beneficia a nuestros pueblos”.
Los vecinos de Puebla de Valles siguen remando juntos para apoyar a la Asociación Niemann Pick, que agrupa varias familias de los afectados por esta enfermedad neurodegenerativa que cuenta con una veintena de casos en España.
Eva Marí Marí, conocida como “La chica de los pueblos”, es una de tantas personas que tira del carro para ayudar a Álvaro, que vive en Guadalajara, uno de los niños que, día tras día, sufre esta dolencia. También esta ayuda, como no podría ser para menos, es extensible a todos y cada uno de los miembros del colectivo.
En Puebla de Valles han hecho un calendario, según las directrices de Eva, fotógrafa profesional, con motivo de esta VI Carrera Rupestre, donde la gente del pueblo posa desnuda para ayudar a Álvaro. Se trata, sin embargo, de un desnudo en el que no se ve nada, porque siempre hay algo de por medio. Un calendario al que sus vecinos, que se han prestado a participar, venciendo algunos de ellos la vergüenza, "porque confían en mí”, precisa Eva.
Esta iniciativa “no solo representa la lucha de todo un pueblo contra la enfermedad, sino que plasma los usos y costumbres de sus habitantes de una forma alegre”, indica.
Un homenaje, a la par, a un municipio, que tiene miel y olivos, buena gente, en el que sus moradores se juntan en el bar para jugar a las cartas. Ellos, desde los más veteranos de 60 años, hasta los más jóvenes, salen desnudos, con ropa interior color carne, sin ningún erotismo, "pero centrándose en los grandes valores del pueblo”, precisa Eva.