La Constitución
Este 6 de diciembre recordamos que la Constitución no sólo es importante sino necesaria.
Nos encontramos una vez más en el mes que cierra el año, un 2020 marcado por un virus que cambió todo, aunque también hayan sucedido otras cosas e invitemos a cada cual a echar la vista atrás y recordar su propio devenir. Si cada día trae su afán en casi un año deben de ser muchos los afanes que se amontonan, aunque evidentemente quepa hacer una valoración muy negativa a nivel colectivo de un tiempo de enfermedad, muerte, dolor y destrucción de empresas y empleo.
Nosotros cumpliendo con la costumbre de reseñar fechas que por su importancia lo merecen nos parece una obligación a las puertas de un Puente, que no sabemos si es tal, recordamos que la Constitución no sólo es importante sino necesaria. Es, pues un día que por mucho que se repitan palabras de elogio hacia esta Constitución que tenemos, nunca serán demasiadas. Nosotros queremos ser sobrios aunque algunos puedan tacharnos de repetitivos. El día en que se aprobó la Constitución fue para nuestra generación y para posteriores un día grande. Vivimos o mejor convivimos con ella y esperemos que sus frutos sean los que seguramente estaban en el deseo de quienes fuimos más o menos protagonistas con nuestra participación pues es obra de sus padres, pero también de todos los ciudadanos que la refrendamos con ilusión y esperanza en las urnas. Tampoco queremos vanagloriarnos de nada sino recordar que fue un gran éxito para la democracia que tenemos y que todos- ahora parece que algunos no- deseamos dure por mucho tiempo. Cada uno pensará y se expresará como quiera y esa es una de las grandes virtudes que cualquier Constitución debe tener. Ahora nuestro país anda en una política bastante compleja... hasta revisionista para algunos de todo aquel admirable proceso. Por eso al recordar efemérides como esta no podemos por menos que dedicarle un recuerdo en nuestra habitual columna. Ahora deseamos que nuestra gobernabilidad sea la mejor en todas las partes de nuestra querida nación... Ciertamente que gobernar es difícil y bien casi imposible, pero totalmente necesario para la convivencia. Y ya con la esperanza de siempre mejorar cerramos por hoy nuestra columna.