La mejor España
Hemos sufrido la muerte de Julen. Lo mismo nos pasó el año anterior con Gabriel, el ‘pescaíto’ de Almería, asesinado precisamente el 27 de febrero, día de su santo.
Hace más de un mes que no escribo en Nueva Alcarria. Esta falta mía de constancia, de la que soy muy consciente, me ha movido siempre a admirar a los periodistas, amarrados cada día al duro banco de la columna o el artículo. Vaya desde aquí el más sincero homenaje a D. Luis Monje Ciruelo, modelo de constancia y de pensamiento. En mi caso, la vorágine política de estos dos meses me ha obsesionado y me ha traído a la memoria dos artículos de Ortega y Gasset: “Bajo el arco en ruina” y “Democracia morbosa”, los dos de 1917. En este último dice: “Al amparo de esta noble idea (democracia) se ha deslizado en la conciencia pública la perversa afirmación de todo lo bajo y ruin” (OC, II, p. 135). Como he vivido casi cincuenta años fuera de España, me he preguntado si no debiera marcharme para quitarme disgustos teniendo que aguantar el perpetuo electoralismo, el insulto, y los discursos banales de muchos políticos. Sin embargo, en estos casos decido quedarme e insertarme en la buena España, que existe y es más mía que de quienes tratan de desintegrarla y adulteran su historia con motes como “nación de naciones” o “Estado confederal”.
En los dos meses pasados hemos sufrido el inmenso dolor de la muerte de Julen, el niño de dos años caído en un pozo en Totalán, Málaga. Apenas hay paliativo para el dolor que sentimos por sus padres y por él, preciosidad llena de vida y alegría. Lo mismo nos pasó el año anterior con Gabriel, el “pescaíto” de Almería, asesinado precisamente el 27 de febrero, día de su santo, ya que ese día celebra la Iglesia San Gabriel de la Dolorosa, joven religioso pasionista fallecido en 1862. He dicho que apenas hay paliativo para el dolor, pero el paliativo existe incluso para los padres cuya vida ha quedado afectada para siempre por su ausencia, y para nosotros que, aunque no queramos un consuelo, hemos gozado admirando la conducta de la mejor España en el caso de los dos niños. Ojalá los españoles no necesitemos más muertes desgarradoras de inocentes para ser amables y solidarios.
Paso ahora a otro ejemplo de la mejor España en el plano local, concretamente de Pastrana. El jueves 31 de enero las profesoras Esther Alegre Carvajal y Macarena Moralejo nos dieron el placer de presentar en el Convento de Carmelitas Descalzos de Madrid el libro: Catálogo del museo del V centenario de Santa Teresa de Jesús, editado por la Diputación Provincial y por el Ayuntamiento de Pastrana en octubre de 2018. El libro comienza con dos estudios históricos de la profesora Alegre sobre el convento de carmelitas, la desamortización y el siglo y medio en que fue habitado por los franciscanos misioneros de Filipinas (desde 1857). Siguen un magnífico trabajo titulado “La colección artística”, firmado por las profesoras Alegre y Macarena Moralejo Ortega, el catálogo de las obras con excelentes fotografías de Óscar Morales y Fernando Rubio, y una bibliografía orientadora. A mí me ha parecido admirable la descripción de cada cuadro, hecha por un elenco de especialistas que merecen una mención auténticamente honorífica: Esther Alegre, Ángeles Cruz, Macarena Moralejo, Montserrat Rodríguez, Julio Salgado, Ana Vives y Alicia Yela. Al final de cada descripción se da la bibliografía relativa al pintor; aquí encontramos los nombres de destacados historiadores del arte español, como Alfonso E. Pérez Sánchez, ausente de la bibliografía general. Este profesorado joven es el modelo de la mejor universidad española y de la mejor España.