La música se ha convertido en la mejor receta contra el confinamiento

27/03/2020 - 11:56 J.E.

Muchos vecinos esperan con ganas que el reloj marque las 20.00 horas.

Están siendo unos días complicados para todos. El estado de alarma, que nos obliga a no salir de casa, algo a lo que no estamos acostumbrados, no está siendo fácil. Por ello, la existencia de personas que intentan, aunque sólo sea unos minutos, ayudar a pasar mejor este trámite, siempre es de agradecer. 

Es el caso de Mireia Rebollar y Rubén Villa, integrantes de la orquesta Tetrix, o de Mónica Miján, pedagoga. Ellos, todos los días después del aplauso de las 20.00 horas, se sitúan en sus ventanas y ofrecen un ratito de música a todos sus vecinos. Puede parecer una tontería, pero la realidad es que este gesto está ayudando más de lo que se puedan imaginar.

Rubén Villa, que vive junto a Mireia Rebollar en la calle Toledo, cerca de la glorieta de Cuatro Caminos, subió a su casa un altavoz y un trípode, y el sábado 14 interpretaron por primera vez el tema Resistiré: “La plaza dónde da nuestra ventana se llenó de gente para ver de dónde salía la música, y la verdad que la gente se unió, recibimos muchos mensajes y decidimos a volver a hacerlo al día siguiente. Se ha convertido en una fiesta para todos los vecinos”. Gracias a sus canciones, han conseguido llegar a mucha gente, y sobre todo, han ayudado a una gran cantidad de personas: “Cada día hacemos una canción nueva, Resistiré y una petición de alguien. Hace poco le dedicamos una canción a una enfermera jubilada que vive sola y se sentía sola, gente que no puede abrazar a sus familiares nos pide que les dediquemos canciones ”. De hecho, confiesan que debido a la cantidad de mensajes de agradecimiento recibidos en los primeros días, “llegamos hasta a llorar, nos llena muchísimo ayudar a la gente con nuestra pasión”.

En otra zona de la ciudad, cerca de la estación de Renfe, vive Mónica Miján, pedagoga de profesión y con una vocación de servicio y ayuda a los demás. Comenta que no sabía qué hacer en casa para ayudar a los demás, y que desde pequeña tiene un gusto especial por la música, motivo por el que tiene una guitarra, entonces “se me ocurrió cantar canciones con mensaje, creo que la forma ayuda a mejorar el ánimo”. Se ha hecho popular, y los vecinos la mandan sugerencias: “He cantado canciones infantiles para niños, o los domingos canto para la gente que no puede ir a misa”. Afirma que ha recibido mensajes tanto de sanitarios como de enfermos que escuchan sus canciones antes de entrar a quirófano: “La idea es que la gente saque lo mejor de sí mismo”.