La “patética estampa” de El Calvario

22/05/2023 - 20:16 Redacción

“Desde el siglo XVII -describe Antonio Herrera Casado, Cronista Oficial de la Provincia de Guadalajara, en su libro La Historia de El Casar y Mesones-  se alzan unas ruinas de patética estampa: el Calvario que llaman en el Casar, y que consiste en una edificación de ladrillo, abierta por numerosos vanos altos y semicirculares, que fue concebida para tener techumbre, y que actualmente encuentra así, abierta a todos los aires serranos”.

Lo primero que se divisa en una misteriosa colina a las afueras de El Casar, si circulamos por la N-320,  es el humilladero conocido como El Calvario. Está ubicado en un extremo del pueblo, al que se llega caminando por un paseo urbanizado y agradable.

“Añade a su peculiaridad arquitectónica, lo maravilloso de su asentamiento, y los paisajes que desde él pueden dominarse”, describe la web municipal. Se trata de un humilladero o edificio final de Vía Crucis, en el que se alberga un Calvario o conjunto compuesto por las figuras de Jesucristo y los dos ladrones.

Herrera Casado, realiza una interesante aportación al respecto: “Aunque modernamente se han hecho nuevas estas estatuas, aún yacen en el suelo, desgastadas totalmente, las  antiguas, y al pie del Cristo se lee, tallado en la piedra primitiva:

 

«Este Calvario y Vía Sacra hizo a su costa el bachiller Diego López Canónigo de Santa María de Arvas presbítero del Casar a Gloria y honrra de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Ruegen a Dios por él 1648 año»

 

“Se concibió como un edificio sin techumbre –explica la web municipal- abiertos sus muros por amplios vanos de arcos semicirculares. El efecto de los airosos arcos de ladrillo es magnífico. Y, por supuesto, el paisaje abierto donde asienta, y desde el que se puede admirar el conjunto de las sierras de Guadarrama y Somosierra, nevadas sus cumbres la mayor parte del año, suponen uno de los mayores atractivos de El Casar”.