La región, ejemplo de buena política en el Congreso de los Diputados
Es la sexta modificación desde que en 1982 se aprobase este Estatuto, la de mayor calado y profundidad, la que permitirá seguir mejorando el escenario para blindar derechos, garantizar el bienestar y el crecimiento de nuestra tierra
Es noticia, lamentablemente, que en el Congreso de los Diputados se adopte un acuerdo por una gran mayoría de votos, por un amplio acuerdo entre los representantes de los ciudadanos y que líderes políticos de distintos partidos, en este caso de los dos mayoritarios, PSOE y PP, se suban a la tribuna para defender un mismo texto, nada menos que la propuesta de reforma de un Estatuto de Autonomía, lo que viene a ser, a menor escala, la Constitución para el territorio de una comunidad autónoma. Es la sexta modificación desde que en 1982 se aprobase este Estatuto, la de mayor calado y profundidad, la que permitirá seguir mejorando el escenario para blindar derechos, garantizar el bienestar y el crecimiento de nuestra tierra. Estabilidad institucional, manos tendidas al diálogo tanto político como con los agentes económicos y sociales, capacidad de llegar a acuerdos, visión de Estado, trabajo por el interés general, deberes al día- ya tenemos presupuestos para 2026-, es la hoja de ruta del Ejecutivo de Page desde hace ya diez años y ello se traduce en atracción de empresas, desarrollo, mejores infraestructuras y servicios públicos, más empleo y calidad de vida para el ciudadano. Es la senda a continuar, esa tan alejada de lo que cada día se vive en este mismo escenario en el que se rechazan casi todas las propuestas y en el que gran parte del tiempo el insulto y la confrontación enredan a los parlamentarios. Este debate y la forma de hacer las cosas en Castilla-La Mancha deberían servirles de ejemplo de lo que quiere la gente, gobiernos que trabajen por mejorar sus vidas y ciudades.
Además del esperado avance en este trámite por llegar ya acordado desde el 28 de mayo, se vivió en Madrid una fiesta de la región con una amplia representación política de los dos partidos fundamentales- esos que si se uniesen en pactos de Estado o votaciones importantes sacarían adelante medidas muy importantes para el país- y de invitados de entidades y colectivos. No faltó el presidente de nuestras Cortes encabezando la comitiva, los parlamentarios de nuestra provincia, incluso la alcaldesa de la capital guadalajareña. Todos dijeron sí a Castilla-La Mancha, esa región creada al amparo de la Constitución que parecía no llegaría a crear sentimiento de identidad, incluso con recelos sobre las provincias que la deberían integrar, y que hoy avanza con solidez. Nuestra política necesita de días así para recuperar su prestigio en la sociedad, para reconocer a los buenos políticos, que son mayoría. Disfrutemos del momento de orgullo regional.