La Sierra se reivindica en Tamajón en una jornada muy participativa
Una tierra bien llovida –a las seis de la mañana jarreaba agua en Tamajón- pero con un sol extraordinario, y con “el aire más puro de Europa”, según afirmaba ayer la pregonera del evento, la empresaria serrana, pero nacida en Burdeos, Isabel Bancheraud, recibía la XI Edición del Día de la Sierra en la villa agallonera. Dos músicos excepcionales, dos amigos, Valentín Pérez y Antonio Garrido, y su grupo, los Gaiteros de Mirasierra, acompañados en este caso por otros históricos de la dulzaina en la provincia, como son los Kalabera, anunciaban con el sonido alegre de sus instrumentos y el redoble de bombos y tambores, el inicio de la jornada. Valentín y Antonio son cofrades de honor de la Hermandad de la Virgen de los Enebrales, personas muy queridas, y sin ellos, en la villa agallonera no hay fiesta que se precie.
Decenas de puestos artesanos circuían la Plaza del Coso, epicentro de la celebración. Allí estaba la Escuela de Folklore de la Diputación Provincial de Guadalajara, que acercó a Día de la Sierra distintos oficios tradicionales de la provincia para mostrárselos a propios y extraños, pero también otros muchos, llegados a Tamajón desde los cuatro puntos cardinales de la Sierra. No faltaron clásicos de la villa y su mercado medieval, como Luis Coracho, el quesero de Hita; Oscar Medina, el maestro cervecero de Quer -no en vano, el anagrama de su marca, Vulturis, es nada menos que el gran pico Ocejón- o Michel Redrado, organizador del Mercado Medieval de Tamajón, que encendía la forja y acuñaba maravedíes, a la antigua usanza. Fuego, música, humo y sol, subían la temperatura en medio de un ambiente extraordinario, con la calle Mayor llena, como nunca.
En este entorno, gachas, bollos y coplas daban la bienvenida a los visitantes al XI Día de la Sierra. Elvira Gamo, presidenta de la Hermandad de la Virgen de los Enebrales, o Ana Díaz, eran algunas de las tamajoneras y tamajoneros que repartían dulces entre la gente. Con el gaznate caliente y la energía del azúcar, hubo quien se animó a bailar con la música de los dulzaineros.
Pasadas las once de la mañana, en el escenario erigido para todas las actuaciones del día, se iniciaban las intervenciones institucionales, que darían paso luego al pregón y a la entrega de las distinciones Serranos del Año. Tomó la palabra, en primer lugar, el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban. Como correspondía al momento, Esteban recordó cuál es la situación actual de la comarca. “Este es un día de fiesta para recordar a las administraciones
que estamos vivos, y que les queda mucho por hacer. Les reclamamos una discriminación positiva para los empadronados en estos pueblos; pero también es justo agradecerles lo realizado hasta ahora, que no es poco”, señaló.
El regidor agallonero puso sobre el tapete la que a su juicio, es la realidad de la sierra, empezando por la sanidad. “Aunque todo se puede mejorar, somos conscientes del esfuerzo que ha hecho la Junta de Comunidades para atender una zona tan despoblada como la nuestra”, dijo, y agradeció el trabajo diario de los servicios médicos. En materia de seguridad, Esteban se quejó de “la falta de agentes en toda la Serranía quienes, pese a su competencia, ven limitada su acción por un espacio inmenso”. Respecto a las comunicaciones, el regidor opinó que las carreteras de la Sierra nada tienen que ver con las de hace treinta años: “La red provincial y la autonómica son transitables, se nota el esfuerzo que Junta y Diputación han hecho en las últimas décadas”, reconoció. Sin embargo, Esteban recordó que hay aún una asignatura pendiente, como es la conexión por carretera de las tres comunidades autónomas en las que se asienta el macizo de Ayllón: Castilla-La Mancha, Castilla-León y Madrid. El regidor calificó de “urgente” un acuerdo institucional “para que el Ocejón deje de ser un fondo de saco”. En educación, el regidor lamentó que no haya niños en la Sierra, “por eso tampoco puede haber una escuela en cada pueblo”, matizó, pero afirmó que no es admisible “que para que unos padres puedan llevar a sus hijos al colegio tengan que empadronarse allí donde los llevan, generalmente la capital de la provincia”. En cuestión de medio ambiente, Esteban aseveró que “la administración no ha sido capaz aún de ordenar el territorio, diferenciando y coordinando los recursos ganaderos, cinegéticos, forestales y micológicos”. En cuanto a servicios sociales, el regidor ofreció la posibilidad de ampliar la Residencia de Mayores de Tamajón con plazas concertadas con el gobierno regional, lo que implicaría la creación de puestos de trabajo, mantener los actuales y fijar nueva población; y en materia del urbanismo, afirmó que la LOTAU y la Ley del Parque Natural de la Sierra Norte en otro nivel, “tal y como están aprobados, son suficientes para frenar cualquier iniciativa que pueda servir para desarrollar nuestros pueblos”, por lo que tildó de necesario “abrir un debate que diferencie entre la necesaria conservación del medio natural y el conservadurismo a ultranza que establecen las normas urbanísticas, sobre todo en suelo rústico”.
Después de repasar otros aspectos de la comarca como el del Parque Natural de la Sierra Norte criticando su falta de dotación presupuestaria, “Tamajón dijo sí al Parque y creo que nos equivocamos”, para finalizar, Esteban dijo que, a pesar de parecer contradictorio, “aunque las administraciones invirtieran más en infraestructuras para los pueblos y consiguiéramos una mejor calidad de vida, aunque se acabaran los problemas de seguridad, de servicios sociales, y de comunicaciones, y aunque la sierra fuera un lugar idílico para vivir, seguiría despoblándose. Mientras tengamos las mismas obligaciones fiscales o no se tenga en cuenta el lugar de residencia a la hora de la recepción de los servicios, no se arbitren medidas urbanísticas para uso terciario y se facilite la instalación de industrias, entre otras cuestiones, que favorezcan directamente a los empadronados, la Sierra seguirá teniendo cada vez menos habitantes”.
Jesús Parra, diputado de Turismo, tras felicitar a los serranos del año 2018, se refirió al problema de la despoblación como prioritario, por ser un mal endémico que preocupa a todas las administraciones, para cuya resolución “es necesaria la unión institucional”. Parra puso como ejemplo de emprendimiento a la pregonera, Isabel Bancheraud, que es la presidenta de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de la comarca, y, por último, anunció la puesta en marcha de varios proyectos que tienen como uno de sus ejes la espléndida naturaleza serrana para promocionar la Sierra Norte y la Arquitectura Negra, a partir de FITUR, y el especial hincapié en la comarca que se hará en la feria.
Intervino a continuación el delegado de la Junta de Comunidades, Alberto Rojo. Recordó que hay 22 provincias españolas que sufren problemas de despoblación y abogó igualmente por “un gran pacto de estado contra la despoblación”. Por último, intervino Fidel Paredes, presidente de la Asociación Serranía de Guadalajara, organizadora del Día de la Sierra. Sus palabras fueron de denuncia hacia el “manoseado” tema de la despoblación, con “jornadas y comisiones que aparecen a cada momento, cuando lo que falta es una verdadera voluntad política para afrontar el problema” y reivindicó la validez de la Ley de Desarrollo Rural de 2008, “que está en un cajón”.
La pregonera de esta edición fue la empresaria de Hiendelaencina, Isabel Bancheraud. En primer lugar, afirmó sentirse “halagada y contenta” por tener el honor de ser la primera mujer que iba a pregonar el Día de la Sierra, así como también subrayó el hecho de que dos mujeres fueran premiadas, María Antonia Velasco, como Serrana del Año y Angela de la Morena Sanz, como abuela centenaria. La francesa, afincada en 'Las Minas', recordó la reciente celebración del Día Internacional de la Mujer Rural para reivindicar precisamente el papel de la mujer rural “en nuestra sociedad y en nuestra sierra”. Bancheraud terminó haciendo suyas unas palabras de Saramago, cuando hablaba de Lanzarote, su tierra de adopción, trasladándolas a la Sierra Norte: “No es mi tierra, pero es tierra mía”.
Discursos y pregones, que pusieron sobre el tapete la situación de la comarca, dieron paso a los premios 'Serranos del Año'. Fidel Paredes entregó la primera distinción a María Antonia Velasco Bernal, escritora y periodista española, especializada en periodismo de opinión, novela, relato y cuento. Nacida en Sigüenza, la premiada dijo después, de oír los discursos institucionales, que “la sierra se podía poner bajo la advocación de El Doncel de Sigüenza que tiene tantísimos turistas” y que, también por cercanía, sentía que pertenecía a la Sierra Norte.
El pueblo de Almiruete fue distinguido por la conservación de tradiciones como la de las botargas y mascaritas o la del Día de la Colación. Las botargas hicieron su aparición, junto a las de Retiendas, en la Plaza del Coso. Recogió el galardón Miguel Mata, delegado municipal de Tamajón en Almiruete, el pueblo en el que nació, y también artífice principal de la recuperación de estas tradiciones después del éxodo rural de los años sesenta y setenta. Mata dijo que el premio pertenece a todas las generaciones que han conservado las costumbres del pueblo a lo largo de los siglos. “Almiruete, como otros pueblos serranos, sufre de muchas carencias, escasez de población, infraestructuras y servicios y, pese a los esfuerzos de las autoridades municipales, con el alcalde de Tamajón a la cabeza, por revertir la situación, no se aprecian, en mi opinión,
perspectivas que indiquen mejoría, lo que nos produce dudas acerca del futuro. Pese a todo, Almiruete respira tranquilidad, sosiego y sobre todo, silencio, demasiado silencio quizás. Pero percibo que sus habitantes son felices, yo también lo soy, y espero que esta distinción que acabamos de recibir nos ayude a serlo un poco más”, dijo.
Como empresario serrano del año fue laureado José María Velasco, gerente de una empresa de construcción en Majaelrayo. Empezó a trabajar con catorce años haciendo yeso en una carretilla. Hoy, con su trabajo, mantiene viva la esencia de la Arquitectura Negra en los edificios.
Por último, la abuela 'Serrana del Año' es Angela de la Morena, que va a llegar en 2018 al siglo de vida. Nacida en Berzosa de Lozoya, en Madrid, se trasladó a Tamajón por amor. Ha sido comerciante y tendera en Tamajón durante largos años. Recogió el premio rodeada de hijos y nietos.
La fiesta continuó con actividades para los niños, la demostración de oficios tradicionales y actividad de los puestos, una visita guiada a Tamajón, y con la inauguración de la exposición 'Vocabulario Popular Serrano', basada en el libro homónimo. El texto estrena nuevas aportaciones, que la Asociación publicó en 2017. La presentación de las novedades la llevaron a cabo, al alimón, el folclorista José Antonio Alonso, y el miembro de la Asociación Serranía de Guadalajara, José María Alonso, en el Salón de Actos del Ayuntamiento, con el prólogo del alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban. . El libro recoge hasta 3.000 vocablos olvidados de 33 pueblos de la Sierra Norte, que se van ampliando continuamente. E
Tras una intensa mañana, tocaba reponer fuerzas. En la comida popular se repartieron más de 500 raciones de paella. Por la tarde, la lluvia, aunque a regañadientes, hizo finalmente acto de presencia, pero no logró empañar la concentración de botargas de la comarca que, como habían hecho las de Retiendas y Almiruete, aparecían en pleno otoño, y no en primavera, como es costumbre. El XI Día de la Sierra lo cerró el festival de folklore con las actuaciones de la Rondalla del Ocejón, Ronda de Horche-Chiloeches, Coplas del Ciego y el Grupo de Baile “Cascayu” de la Casa de Asturias en Alcalá. La despedida, la echó el Grupo Las Colmenas, de Guadalajara.
Hasta la edición de 2018, el día de la Sierra se ha celebrado en Hiendelaencina, Campillo de Ranas, Galve de Sorbe, Arbancón, Majaelrayo, Jadraque, Zarzuela de Jadraque, El Cardoso de la Sierra, Pálmaces de Jadraque, La Toba, y ahora en Tamajón.