Las condiciones del transporte

23/01/2017 - 17:36 Redacción

Un colectivo con movilidad reducida por la edad pide una línea circular de autobús en el centro de la ciudad para ir a sus centros de salud y sociales.

No fue fácil cuando el Ayuntamiento capitalino acometió una profunda remodelación del servicio de transporte urbano por las calles de la capital. Suponía un cambio de hábitos, algo que se obtiene con el tiempo. Como pasa con la feria cada uno cuenta su experiencia como le va, por lo que contentos y enfadados siempre los habrá. Tampoco se puede hacer excesivo caso de las valoraciones de las cifras de los usuarios pues parece que van a reventar o están semivacíos según hable el Equipo de Gobierno o la oposición. Ni tanto ni tan calvo. Desde el primer momento, cabe recordarse que desde el Consistorio se aceptaba que habría modificaciones para adecuar los trayectos, las paradas o las frecuencias a lo que se fuera apreciando, pues era necesario que las rutas se pusieran en funcionamiento para observar sus deficiencias y las reclamaciones vecinales. Así las cosas habrá algunos cambios a partir del 1 de abril, que cada cual valora como le parece. Lo que si se debe tener muy en cuenta es la opinión y peticiones que hasta siete asociaciones de vecinos reclaman y que, exentas de tinte político, afectan al día a día de muchos ciudadanos mayores del centro que tienen problemas serios para desplazarse a sus centros sociales y de salud. Es un colectivo con la movilidad reducida por su  edad, al que debemos en gran medida la sociedad de bienestar en que vivimos. Ellos mismos son conscientes del coste del servicio y de que ha de tener un mínimo de usuarios para que esa línea circular que piden sea sostenible. Debería estudiarse. También se habla de evitar atascos en la A-2  a las 2.400 expediciones con viajeros  que sufren cada día en hora punta importantes retenciones. Se trata aquí de habilitar un carril para que lo puedan utilizar estos autocares. En ambos casos lo que se pide es mejorar la calidad de vida de ciudadanos que apuestan o precisan de transporte público, al que, por otra parte, se quiere fomentar por la contaminación o la saturación que causa el vehículo privado. Pues que se mejoren sus condiciones.