Más de 1.500 personas piden más seguridad en los pueblos de Sierra Ministra
En torno a un millar y medio de personas se manifestaron esta mañana frente al antiguo cuartel de la Guardia Civil de Alcolea para reivindicar más seguridad en los pueblos de Sierra Ministra. El motivo, los numerosos robos que han sufrido, especialmente durante los últimos seis meses y algunos de ellos en domicilios particulares estando los propietarios dentro de la vivienda. Más allá de las pérdidas, su llamada de atención dirigía el foco hacia el miedo de una población envejecida y residente en una de las zonas más despobladas de Europa, como bien ilustró el triste cuento narrado por Concha Márquez, en el que en un anciano que había visto marchitarse su pueblo perdía la vida en un asalto nocturno por apenas 50 euros junto a la única compañía que le quedaba, su perro. Una historia que no ha ocurrido, pero que en la zona temen que termine sucediendo.
Durante los últimos meses, la lista de incidentes registrados en la zona se sitúa en torno al medio centenar: en Anguita los ladrones han entrado en un bar, el teleclub, el supermercado, el campamento, una vivienda con los dueños dentro y han intentado robar en la oficina de La Caixa. En Aguilar de Anguita han robado en siete casas. En Alcolea del Pinar han pasado por la ITV, la oficina de IberCaja, cuatro casas, dos con los dueños dentro; la iglesia y se llevaron un vehículo además de intentar robar otro. En Villaverde del Ducado el balance es de un vehículo desaparecido y el intento de robo de otro más. En Estriégana, han visitado el ayuntamiento, el local de la asociación tres veces y se han llevado un vehículo. En Saúca la lista incluye una nave agrícola, dos gallineros, el ayuntamiento, el depósito del agua, tres bares, los tres con los dueños dentro; dos casas, un de ellas dos veces; y leña de una era, unos 5.000kg, un robo que debieron perpetrar con un camión. En Jodra del Pinar asaltaron el centro social, dos veces. En Anquela del Ducado, dos naves agrícolas y un gallinero. En Ciruelos del Pinar han contabilizado tres intentos de robo en tres viviendas y en el teleclub y tres viviendas robadas. “Hablamos de 50 robos en nueve pueblos en seis meses”, indicó Eduardo Álvarez, alcalde de Saúca. “Si todo eso lo dividimos en vecinos como hacen las autoridades, tocaríamos a una barbaridad de robos por vecino”.
No es de extrañar que ante esta situación, más de una treintena de municipio hayan respondido a la convocatoria. “Es que los pueblos que todavía no han tocado o que han tocado hace más tiempo, en algún momento nos tocará”, indicaba Javier López, de Luzón. Conscientes de ello, a la cita acudieron representantes de Ablanque, alcolea del Pinar, Cortes de Tajuña, Garbajosa, Tortonda, Villaverde del Ducado, Anguita, Aguilar de Anguita, Santa María del Espino, Padilla del Ducado, Vilarejo de Medina, Ciruelos del Pinar, Estriuégana, Iniéstola, Luzaga, Luzón, Maranchón, Códex, Clares, Balbacid, Turmiel, Mazarete, Mirabueno, Riba de Saelices, Saelices de la Sal, Saúca, Jodra del Pinar, Hortezuela de Océn, Sotodosos, Bujarrabal, Olmeda de Cobeta y Abanades. “Quienes han convocado, vuestros alcaldes y concejales, son la mejor gente que tenemos en esta zona, independientemente de por qué siglas se hayan presentado”, recordó López a los asistentes. “Son los únicos políticos que conocemos que están siempre a disposición de sus vecinos, a cualquier hora (…)Estoy seguro de que todos secundaréis las iniciativas que tomen vuestros alcaldes y concejales, porque son los mejores y los únicos en los que podéis confiar”, señaló ligando el éxito de la convocatoria, un éxito que sobre pasó las expectativas iniciales, al futuro de la lucha. “Esto es el principio. Nos queda tiempo, muchos meses, de hoy para mañana no se va a solucionar, pero sí podemos conseguir que el lunes o el martes empiecen a tener más dotaciones en los cuarteles de la Guardia Civil. Esa es la única medida inmediata que van a exigir vuestro alcaldes y concejales”.
En este sentido, tanto José Luis Sastre, alcalde de Maranchón, como Carmen Rojo, primera edil de Alcolea del Pinar, pusieron sobre la mesa algunas alternativas. Sastre pidió el retorno de los coches camuflados, que dificultan a los delincuentes saber en qué pueblos hay una patrulla y cuáles están desprotegidos. Rojo, por su parte, reclamo “de forma inmediata, el aumento de las dotaciones. Nos da igual si nos ponen Guardia Civil, Policía Nacional o Seguridad Privada. Nos da igual, pero alguna solución nos tienen que dar”. Además, al ser una zona despoblada, pidió incentivos económicos para los agentes destinados a esta parte de la provincia. “Si estamos en una zona despoblada a la que le faltan los medios básicos, como sanidad y protección, al final los pueblos se acaban”. Y de igual forma, pidió cambios en la Ley de Protección de Datos que faciliten la instalación de cámaras de seguridad a la entrada de cada municipio. “Por lo menos, si pasa algo en un pueblo, se podría saber quién ha pasado por allí”.
Otra de las voces que se dejaron oír en el acto fue la de Javier Urra, quien aseguró en nombre de todos los asistentes que “No nos van a callar. Vamos a defender nuestra tierra, nuestros pueblos, nuestras casas”. Por eso piden “que cambien las prioridades, que no se cierren cuarteles, que manden más efectivos y que estos no sean para recaudar. Que no gasten nuestros recursos en modernísimos coches pertrechados de radares. Queremos coches, sólo coches, y agentes circulando por la provincia, velando por nuestra seguridad y la de nuestros mayores”.
Tras denunciar el abandono sufrido por parte de las instituciones, “tal vez porque, aunque paguemos impuestos, aportamos poquitos votos”, señaló que “ahora resulta que nos hemos hecho rentables para los chorizos . Para ellos sí, para ellos somos rentables porque las autoridades , con el cierre de los cuarteles y la retirada de efectivos, les han dado permiso para campar libremente por nuestras calles(…) Nuestros mayores son asaltados, privados de la intimidad de su casa. Hoy nuestros mayores temen la noche, la lógica soledad de las calles, el silencio”, motivo por el que exigen un aumento de la seguridad.