Mayo se despide
La vida, como alguien dijo consiste en un caer y levantase.
Uno de los meses aparentemente más agradables de nuestro calendario se nos despide para dar paso a ese mes de junio con preludio del siempre apetecido verano por aquello de las vacaciones. Cada cual, no obstante, tendrá sus preferencias, todas ellas muy respetables. A nosotros particularmente nos cae muy bien aunque sólo sea porque en él tuvo lugar nuestro nacimiento. Sin duda que todos los meses tienen sus encantos y en todos ellos hay onomásticas y fechas especiales para cada uno.
Este año, si echamos la vista atrás hemos tenido de todo. La política ha estado revoltosa, con esas elecciones madrileñas, y esperamos que el verano, ya inminente, pueda ser disfrutado lo mejor posible por todos, porque la vacunación parece que avanza a buen ritmo, los contagios van en descenso y el ánimo de la gente en aumento. Seamos optimistas, aunque oigamos hablar de una variante africana ya dominante en parte del Reino Unido y observemos botellones o celebraciones- como la de la Liga- que pareciesen de una situación de plena normalidad cuando existen todavía motivos para seguir adoptando precauciones, el principal que el virus sigue matando y todavía no existe inmunidad suficiente, y además tenemos la experiencia de retrocesos en la evolución que podrían dar al traste con lo que del verano espera, principalmente, el sector turístico, tan importante- demasiado- en nuestra economía.
La vida, como alguien dijo consiste en un caer y levantase. Nosotros quisiéramos no tener que caer, pero como esto puede ocurrir, que tengamos fuerzas para levantarnos y fortalecidos. Pero no vamos dar a este comentario intranscendente más importancia y pensemos que si el vivir es al menos complejo, la vida en general es maravillosa y mucho más si todos hacemos por conseguir que así sea. Tampoco queremos caer en un optimismo exagerado en la creencia que todo lo cura el tiempo...pues cada cual ha de contribuir a que esta situación que va a mejor realmente pase a formar parte del pasado, de la historia, como un mal sueño del que queden aprendizajes como la importancia de una buena sanidad y de ciertos hábitos en nuestras conductas diarias como la higiene de manos o la ventilación de espacios.