Necesaria Constitución

06/12/2019 - 18:46 Pedro Villaverde Martínez

Mirábamos al futuro, llegaba la democracia, se consagraban derechos, la sociedad votaba en las urnas por gran mayoría que ese texto normativo regulara nuestra vida.

Hemos escrito ya muchas veces de la convivencia como algo necesario para poder seguir la buena marcha entre unos y otros y la celebración de la Constitución es motivo de reflexión sobre este tema. Hace más de cuarenta años fuimos capaces de dotarnos de un marco normativo para convivir en paz y libertad. Pasamos página a un tiempo político en un momento para la ilusión, de comienzo de una nueva era,  que entonces vivimos con emoción quienes empezábamos nuestra vida periodística. Mirábamos al futuro, llegaba la democracia, se consagraban derechos, la sociedad votaba en las urnas por gran mayoría que ese texto normativo regulara nuestra vida. Y el resultado fueron cuarenta años de avances, de prosperidad, de convivencia. 

Estamos siempre apelando a la convivencia como algo necesario en cualquier relación humana y muy especialmente cuando esa relación se extiende a todos y posiblemente lo hagamos porque recordamos los tiempos de imposición, acogimos el abrazo de la reconciliación y apreciamos ahora extremismos peligrosos que nos pueden hacer retroceder, así como posibles pactos de Gobierno que podrían incluso salirse de esa Carta Magna. Convivir es tan fácil algunas veces como casi imposible en otras. Desde siempre parece que unos quieren dominar a otros y como esto sería muy incómodo para los dominados se llega a la  controversia. Nuestro comentario hoy quiere hacerse eco de lo difícil que resulta la convivencia por la falta de entendimiento de los políticos. Es cierto que nuestra democracia es hoy fuerte pero no sabríamos decir hasta dónde aguantaría tensarse la cuerda  con ciertos discursos o acuerdos que podrían fracturar la tan citada convivencia, difícil pero necesaria. Por ella el hombre es un ser político y hay que procurar el entendimiento entre quienes piensan y quieren cosas distintas. Cierto que cada uno de nosotros somos distintos… pero no menos cierto que todos somos iguales. Deseamos que la inteligencia que todos tenemos sea con la sociabilidad la que ayude a ese necesario arte de la convivencia  con la paz y el consenso que se precisa.  Celebremos pues  la Constitución que tenemos que es plenamente vigente, útil y necesaria.