“No hay nada más importante que el agua para garantizar el futuro de la región”
Entrevista
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural asegura que el agua de las desaladoras empieza a ser “absolutamente rentable”
Con una voz única para defender los intereses de Castilla-La Mancha en materia de agua, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, confía en un cambio de mentalidad a nivel nacional que permita priorizar los intereses de la cuenca cedente.
¿Qué importancia tiene el agua, a grandes rasgos, para una región como ésta?
El agua es capital. Yo me atrevería a decir que no hay nada más importante para nosotros que el agua para garantizar el futuro de nuestra tierra, porque la actividad económica está muy vinculada al uso eficiente del agua. No sólo desde la perspectiva productiva, sino también desde la perspectiva de lo que ofrecemos a los que nos visitan, desde el punto de vista del medio ambiente, de nuestros parques naturales, nacionales, humedales… son claves para el desarrollo del territorio. Somos una comunidad autónoma muy rural y eso tiene todavía mayor relación con un uso eficiente del agua. Y en la medida en que podamos utilizar el agua que tenemos en nuestra tierra y podamos aprovechar lo que ella nos aporta, seremos capaces de generar más desarrollo y vincular a nuestra población con su territorio.
El pasado mes de diciembre se firmó el Pacto del Agua, concretamente el ‘Acuerdo en Defensa del Agua de Castilla-La Mancha’. ¿Cuánto ha costado llegar hasta ahí y poner de acuerdo a más de 40 entidades diferentes?
Ha costado bastante, pero probablemente menos, o seguro que menos, de lo que nos habría costado si hubiera habido planteamientos frentistas por parte de partidos políticos, organizaciones ecologistas, agrarias… Todos han sido capaces de ceder un poco. Hemos conseguido poner primero de acuerdo a la sociedad de Castilla-La Mancha, y eso ha hecho que los partidos hayan entrado en ese acuerdo. Estamos muy satisfechos de ello después de un año de trabajo. Hemos conseguido un documento general pero contundente que obliga a los firmantes en la defensa de los intereses de Castilla-La Mancha en materia de agua. Esto no había sucedido nunca. Fue un paso extraordinariamente importante porque está representado el conjunto de la sociedad, algo que no sucede en ninguna otra región. Nosotros hacemos un planteamiento muy solidario, nada frentista, queremos tender la mano a otras regiones, también queremos hacer un planteamiento ambicioso de cara al Ministerio para la Transición Ecológica… Y ya hemos trabajado con ellos para que algunos de nuestros planteamientos se incorporen a las políticas públicas a nivel nacional; por ejemplo, que el agua sea un bien público, que sea un derecho humano… son avances que se han conseguido gracias al esfuerzo de todos. Yo no tengo más que agradecerles que se hayan comprometido en este proyecto colectivo y, dentro de esa Mesa Regional del Agua, en la que se aprobó este documento, nos hemos comprometido todos a seguir trabajando con todas las cuestiones que tienen que ver con el agua, empezando con la Ley del Agua, que está a punto de llegar a las Cortes regionales, pero también con la planificación hidrológica, las inversiones en materia de abastecimiento, depuración…
Ahora, con una única voz en defensa del agua de Castilla-La Mancha, ¿qué objetivo se marcan desde el Gobierno regional?
Esa voz única nos permite afrontar mejor la defensa de nuestros intereses y tener muy claras cuáles son nuestras prioridades. Ahora hay que elaborar una Ley de Agua que espero que tenga el apoyo de todos los grupos políticos. Será una ley moderna que necesitamos con urgencia y que hace un planteamiento de economía circular en la utilización del recurso. Esa ley es clave, pero también lo es la inversión que tenemos que hacer en abastecimiento y en depuración. Vamos a invertir alrededor de 40 millones de euros anuales en depuración en los próximos seis años. Si todo va bien, a través del programa operativo Feder, de los recursos propios del Gobierno en proyectos concretos de depuración. Hay que llegar a 200 municipios que necesitan, o bien una depuradora nueva, o mejorar la que tienen en estos momentos porque no es de suficiente calidad o capacidad para hacer frente a las necesidades del municipio. Tenemos por delante un reto enorme en esta materia. Lo estamos haciendo desde la Consejería, desde la Agencia del Agua, que va a asumir la gestión del abastecimiento y la depuración en más municipios de la región. En este momento tenemos la gestión de unos 600.000 habitantes en depuración y unos 500.000 en abastecimiento, de los 2 millones de habitantes de la región. Pues vamos a aumentar el número de habitantes gestionados en la Agencia del Agua, porque el servicio es más sencillo de dar y más eficiente desde el punto de vista económico, pues lo hacemos desde un punto de vista global. Además de ello, estamos trabajando con el Ministerio para la Transición Ecológica en los nuevos planes de todas las cuencas hidrográficas que pasan por Castilla-La Mancha; hay que afrontar la derogación inminente, de facto, del Memorándum del trasvase, el de Cospedal, que aprobó e impulsó el PP en la legislatura del 2011 al 2015. Porque hay que incluir los caudales ecológicos en la planificación del Tajo y eso derogará de facto este memorándum. Y habrá que establecer las reglas de juego nuevas en el Tajo en su relación con el Segura. Y obviamente seguirá avanzando en el Júcar, el Guadiana y el Guadalquivir, sobre todo, pero también en la provincia de Guadalajara de manera más que simbólica, pues incluso tenemos usuarios regantes del Duero y del Ebro que también están presentes en nuestra comunidad autónoma.
Entre las premisas de ese pacto precisamente está limitar los trasvases al consumo humano. ¿Cree que esto se podrá incluir en este futuro memorándum?
Lo que está claro es que hay que incluir los caudales ecológicos mínimos en la planificación hidrológica, pues hay una sentencia del Tribunal Supremo y además es la voluntad política del Ministerio. Tenemos en esto una gran sintonía que nos está permitiendo avanzar, sin duda. Lo que va a suceder es que la lámina de agua de Entrepeñas y Buendía estará a nivel más alto y vamos a tener más agua en el cauce del Tajo. Pero tendremos que pelear para que los trasvases sean solo para consumo humano. Esa va a ser la posición de Castilla-La Mancha. Hay también un planteamiento de derivación de agua a través de la tubería manchega para consumo humano. Pero lo que no podemos pretender es que se siga trasvasando agua para regadío en el Levante cuando están las desaladoras, que se construyeron realmente para esto, que no se están utilizando al 100 por cien de su capacidad. Deberían ser una fuente del suministro del recurso principal, si no única, prácticamente, para el regadío del Levante. Porque la capacidad de las desaladoras permite dar servicio a los regantes. Ésa es la clave en la que vamos a tener que trabajar en los próximos meses, en sintonía con el Ministerio para la Transición Ecológica. De hecho, antes de que acabara el año se cerró el acuerdo para invertir 40 millones en los municipios ribereños en compensación, mucho más de lo que estaba previsto. Este dinero lo vamos a gestionar a través de la Agencia del Agua y vamos a trabajar con los propios municipios. Se están recuperando las cuestiones fundamentales de priorizar el territorio interior y priorizar los derechos de la cuenca cedente frente a la receptora. Creo que hay un cambio de mentalidad a nivel nacional.
Siempre se ha dicho que el trasvase seguirá mientras su agua sea más barata que las de las desaladoras. ¿Cómo se puede cambiar eso?
El agua hay que pagarla y pagar el coste que tiene. Y es evidente que no se puede subvencionar el coste de la abducción del agua, que el agua llegue al regante. Esto tiene un coste y lo tiene que pagar el usuario. Esto sucede para todos los usuarios, en las casas, en las industrias… El coste de la desalación en estos momentos es muy inferior al que tenía hace 10 años. Se esta aumentando la capacidad de las desaladoras; esto significa que el coste unitario del agua va a ser menor. Sinceramente, yo creo que va a compensar. Pero lo que no puede ser es que tengamos en el trasvase Tajo-Segura una infraestructura absolutamente anticuada, ineficiente y por la que se pierde muchísima agua durante la conducción, y que no se pare por el coste real que tiene, no solamente la construcción de la infraestructura, sino toda la amortización y el mantenimiento de la misma desde entonces hasta hoy. El agua no puede ser tan barata, la infraestructura tiene un coste y no se está pagando el coste real. Pero insisto, las desaladoras son hoy mucho más competitivas y el coste de abducción, de llegada del agua al regante, hoy es mucho menor que el de hace 10 años. Creo que empieza a ser, por no decir que ya es, absolutamente rentable para los regantes.
Hablando de la infraestructura del trasvase, recientemente se aprobó una nueva derivación máxima tras la finalización de las obras de La Bujeda. ¿Qué se espera para el futuro?
El problema es que los trasvases en nivel 2 se aprueban de manera automática, según establece el Memorándum. Aquí no hay margen para la política actual y no debemos meterla. No debemos echarnos en cara que se ha aprobado un trasvase de 38 hectómetros cúbicos. Se ha hecho un trasvase de 38 hm3 porque hubo una decisión política en su momento que fue la aprobación de un Memorándum que establece que se trasvase del agua de manera automática. Esto es lo que hay, nos guste o no nos guste; nosotros recurrimos estos trasvases, lo hemos hecho siempre y creemos que es lo que debemos hacer. Es un planteamiento muy coherente por nuestra parte. Lo que sí hemos conseguido en este tiempo que el Ministerio para la Transición Ecológica se replantee lo que sucede en el nivel 2. Está a punto de publicarse un Real Decreto que va a disminuir la cantidad que se trasvasa de forma automática en nivel 2 de 38 a 27 hectómetros cúbicos al mes. Es la negociación en la que hemos venido trabajando en el último año y medio. Cuando se publique el Real Decreto, cuando Entrepeñas y Buendía estén en nivel 2, que es una situación muy habitual, en vez de trasvasarse de forma automática 38 hectómetros, serán 27. Esto será importante, por el hecho de que son 11 menos cada mes. No resuelve el problema, pero sí minimiza los efectos, sobre todo en el Alto Tajo.
Los municipios ribereños protagonizaron el sábado un acto simbólico para recordar su lucha contra el trasvase.
Toda mi solidaridad con los municipios ribereños. Como consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, creo que ellos reivindican el futuro de su tierra, de su comarca, de sus pueblos, de la gente que vive en ellos... También defienden la expectativa de un futuro mejor, con más actividad económica, con más gente, con más vida, en definitiva. Estamos trabajando muy bien con la Asociación de Municipios Ribereños. Antes mencionaba las inversiones que se van a hacer, que estamos gestionándolas directamente con ellos. Y también ha habido avances de interlocución con el Estado en los últimos tiempos, con su inclusión en la Comisión de Explotación del Trasvase. Quedan muchas cosas por hacer, entre ellas ese Real Decreto, pero no está mal que ellos reivindiquen ese futuro para su tierra. En esto, todo nuestro apoyo. Nosotros vamos a trabajar por que sea así, por que se aplique la normativa en materia de agua, en materia de medio ambiente a nivel europeo, a nivel nacional, la sentencia del Supremo sobre los caudales ecológicos mínimos, la prioridad de la cuenca cedente sobre la receptora… Y estoy seguro de que la futura planificación hidrológica que tenemos que cerrar este año va a ser mucho mejor que las que hemos tenido hasta ahora, y esto va a redundar en beneficio de los habitantes de los municipios ribereños.