No siempre lo nuevo es mejor

08/07/2019 - 17:16 José Serrano Belinchón

¿Se ahorra tiempo y esfuerzo con los modernos sistemas?

     Están apareciendo varios estudios acerca de los modernos métodos didácticos en la educación de niños, que no parecen estar en todo de acuerdo con los sistemas propiciados por las nuevas tecnologías. Sorprendentes teorías, sacadas de la vida real, vienen a demostrar que los viejos sistemas en materia de aprendizaje no son tan malos como pretendemos que lo sean, ni los nuevos métodos, servidos por el impresionante avance tecnológico del momento, hoy tan al uso, sean tan buenos como nos los pintan.

Con una teoría, escueta y tajante, la Asociación Nacional de Profesores de Matemáticas, con más de cien mil miembros entre los Estados Unidos y Canadá, ha manifestado la conveniencia de que en la enseñanza de las Matemáticas se empiece por los métodos tradicionales, es decir, por la memorización de la tabla de multiplicar, por las divisiones largas, y Álgebra pura y dura; teniendo como objetivo el asegurar en los jóvenes estudiantes el aprendizaje de los fundamentos básicos de dicha ciencia. Un sistema que no han dejado de aplicar en los países asiáticos, cuyos alumnos consiguen los mejores resultados en las pruebas internacionales a las que se someten, “partiendo de un puñado de conceptos básicos, para enseñarles a resolver cada vez problemas de una dificultad mayor”, y haciendo uso de la calculadora siempre que lo necesiten. Algo tan sencillo como conocer el qué y el porqué, antes de aplicar las fórmulas.

Por otra parte, he sabido que en un colegio de Madrid, el Padre Coloma, los alumnos escriben sus propios libros de texto, habida cuenta del riesgo que supone, según los neurólogos y los psicopedagogos, sustituir los cuadernos de toda la vida por las nuevas tecnologías, pese a que los planes educativos fomentan cada vez más el uso de la “tableta”. El empleo del ordenador reduce el tiempo y el esfuerzo que el niño tendría que dedicar si tuviese que escribir a mano, lo que según los psicopedagogos no supone ventaja alguna en el rendimiento final del alumno, ya que la práctica de la escritura a mano aporta ciertas ventajas que con el uso del ordenador se dan por perdidas, tales como el mejor conocimiento de la ortografía, una mayor fluidez de ideas a la hora de redactar un texto, mejor capacidad lectora, y su influjo en la potencia de la memoria, entre otros beneficios.

¿Se ahorra tiempo y esfuerzo con los modernos sistemas? Parece ser que sí; pero también es cierto que en el campo de la formación integral de la persona, desde que el mundo es mundo, nadie regala nada. Es el esfuerzo personal el que prevalece y el que marca las diferencias, en igual o mayor medida como lo puedan ser las dotes personales del educando.