Nombramientos pastorales con pocas novedades y muchas renovaciones en Guadalajara
El 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, monseñor Atilano Rodríguez Martínez, ha firmado el principal capítulo de nombramientos pastorales para el próximo curso
Son los referidos a párrocos, vicarios, delegados, arciprestes y otros servicios diocesanos con función pastoral específica. El conjunto ofrece contadas novedades y numerosas renovaciones, hasta 26, sobre todo en parroquias. En esta línea, el obispo manifiesta expresamente su voluntad de renovar en sus puestos, salvo alguna excepción, a delegados, arciprestes y consiliarios.
Así las cosas, Wenceslas Belen será el nuevo párroco del núcleo de Masegoso de Tajuña; Justin Bolingo Arua del de Albalate; Jean-Baptista Wanican del de Tamajón, con la colaboración de John Kennedy Arochiasamy; José Luis Perucha asume la parroquia de Pioz; Carlos San Félix pasa a colaborar con la de Trillo; y el neosacerdote Emilio Vereda Cuevas se encargará de la unidad de Corduente, colaborará con Santa María la Mayor de San Gil de Molina y llevará la rectoría del Santuario de la Virgen de la Hoz junto con la presidencia del patronato, además de seguir colaborando con la Delegación de Juventud y ejercer como nuevo delegado diocesano de Pastoral Vocacional.
Las variaciones más relevantes en cargos, amén del citado nuevo delegado de Vocaciones, atañen a dos arciprestazgos y un consiliario. Los nuevos arciprestes de Molina de Aragón y de Pastrana son Ángel Díaz Matarranz y Juan Carlos Sánchez-Céspedes Montoya, respectivamente. Y el religiosos josefino Juan José Gasanz Aparicio es el nuevo consiliario del Movimiento Scout Católico.
Sale la primera expedición diocesana a la JMJ de Lisboa
En la madrugada del martes al miércoles ha salido la primera expedición de jóvenes diocesanos que van a participar en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. Capitaneados por José García Juárez, delegado diocesano de Pastoral Juvenil, 124 jóvenes y tres sacerdotes más viajan a la ciudad de Oliveira do Hostipal, perteneciente a la diócesis de Coímbra, donde vivirán la experiencia de los Días en las Diócesis del 26 al 31 de julio. Son jornadas de convivencia con las familias portuguesas que les acogen, de celebraciones en la diócesis de Coímbra y de descubrimiento de esa zona del mapa portugués.
El segundo grupo de peregrinos que viajan con la Delegación de Juventud, 64 jóvenes y algunos párrocos, irán a comienzos de la semana próxima para vivir los días centrales de la JMJ, del 1 al 6 de agosto. En Lisboa se unirán al grueso de la expedición diocesana, ya trasladado desde Coímbra a la capital lusa. La primera semana de agosto constituye propiamente la JMJ Lisboa 2023, en la que el papa Francisco participará del jueves 3 al domingo 6, presidiendo los actos centrales del programa: Viacrucis del viernes, Vigilia del sábado y Misa de Envío del domingo.
Esta es la peregrinación más numerosa de cuantas ha organizado la Delegación Diocesana de Pastoral de Juventud para asistir a una Jornada Mundial de la Juventud. Los dos centenares de peregrinos proceden de diversas parroquias de Guadalajara y de otras localidades provinciales, como Aranzueque, Pioz, El Coto, Horche, Chiloeches, Marchamalo y Molina, entre otras. Además, a ellos se añaden grupos menores, algunas familias sobre todo, que van por su cuenta.
Jóvenes de Costa Rica en San Juan de Ávila y en Santa María Micaela
Más de un centenar de jóvenes que viajan de Costa Rica a la JMJ de Lisboa van a ser acogidos en Guadalajara este fin de semana. La parroquia de San Juan de Ávila ha gestionado la acogida de más de cien jóvenes costarricenses, a quienes acompañan un grupo de matrimonios, camino de la Jornada Mundial de la Juventud. La expedición disfrutará de la acogida en diversas familias de la parroquia y en la casa de las Adoratrices, que hospedará a cuarenta de ellos. La ocasión ha permitido organizar una eucaristía de bienvenida y fraternidad, que será a las siete de la tarde del domingo 30 de julio en el templo parroquial de Santa María Micaela.
La Delegación Diocesana de Enseñanza lleva 34 peregrinos a Tierra Santa
Del 12 al 19 de julio, la Delegación Diocesana de Enseñanza ha realizado un viaje de peregrinación a Tierra Santa en que han participado 34 peregrinos. Con el apropiado clima bíblico, han recorrido distintos lugares de esa tierra singular para los cristianos y otros muchos hombres de buena voluntad, como Nazaret, el monte Tabor, el mar de Galilea y sus alrededores, el monte Nebo, Jericó, Jerusalén o Belén. Ha sido una ocasión de oro para acercarse al ‘aquí’ y al ‘ahora’ del paso de Jesús por el mundo y las tierras humana, al tiempo que ha proporcionado tiempos de convivencia y turismo a los participantes.
Comunicado de Pastoral del Trabajo y AVAELA por dos accidentes laborales en Ciruelas y Yuncos
Ante los accidentes laborales de Yuncos y Ciruelas en que han fallecidos dos trabajadores, la asociación AVAELA-CLM, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Sigüenza-Guadalajara y Pastoral del Trabajo de de Sigüenza-Guadalajara se han unido en la firma de un comunicado en que quieren “transmitir nuestro profundo pesar y consternación por estos trágicos sucesos y mostrar nuestro apoyo y cercanía a las familias de los fallecidos”.
El lunes 17 de julio de 2023 en Yuncos (Toledo), un trabajador de 45 años falleció tras precipitarse de una altura de entre siete y ocho metros mientras realizaba labores de limpieza en la cubierta de una nave industrial. Y el martes 18 de julio, en la localidad de Ciruelas (Guadalajara), un hombre de también 45 años ha perdido la vida tras caer de un andamio de unos dos metros de altura.
Estos fallecimientos, el segundo en nuestra provincia, que suman catorce en nuestra comunidad autónoma en lo que va de año, “deben servirnos para reflexionar y no caer en la indiferencia… Desde AVAELA-CLM seguimos ofreciendo apoyo a los familiares de los trabajadores fallecidos y trabajando para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de reducir la siniestralidad laboral, una tarea que nos incumbe a todos”.
Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara
LA ESPERANZA CRISTIANA
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que “la esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” (CIC 1817).
Esta esperanza se manifiesta desde los primeros momentos de la predicación de Jesucristo, cuando proclama las bienaventuranzas. Estas elevan las pequeñas y limitadas esperanzas humanas hacia el cielo, hacia los bienes de arriba, hacia la nueva tierra prometida. Además, trazan el camino a seguir para llegar a ella a pesar de las pruebas que esperan a los discípulos de Jesucristo en su peregrinación por este mundo.
Aunque en nuestros días se vislumbran muchas sombras con relación al futuro de la humanidad debido a las constantes crisis económicas, a la falta de respeto a los derechos humanos, a las amenazas para la paz en distintos lugares del mundo y a los comportamientos egoístas de muchos hermanos, los cristianos no deberíamos perder nunca la esperanza ni dejarnos conducir por el miedo o por las circunstancias adversas.
La gran esperanza del cristiano es Cristo, que nos promete y ofrece la posibilidad de participar de su vida eterna, por medio de la unión con Él, especialmente por la participación consciente en los sacramentos durante nuestra peregrinación por este mundo. Si nos abrimos a Él y permanecemos en su amor, Cristo nos da siempre la luz, la esperanza y la fuerza que necesitamos para superar las oscuridades y dificultades del camino, pues sabemos que nos ama sin condiciones y que, cumpliendo sus promesas, permanece a nuestro lado y no nos abandona en ningún momento de la vida.
Para que no decaiga ni llegue a perderse la esperanza, tenemos la posibilidad de alimentarla por medio de la oración, especialmente por la oración del padrenuestro. En las peticiones que dirigimos al Padre se concentra todo lo que la esperanza nos hace desear. Podemos, por tanto, esperar la gloria eterna prometida por Dios a los que le aman (Rom 8, 28-30).
Esto quiere decir que la esperanza cristiana va siempre más allá de las legítimas esperanzas humanas, que se concentran en la liberación de los problemas personales, sociales y políticos, pues, como todos sabemos muy bien, lo que Jesucristo inauguró con su muerte y resurrección fue una nueva humanidad, un cielo nuevo y una nueva tierra, que vienen de Dios, pero que al mismo tiempo puede producir extraordinarios frutos en este mundo, cuando nos dejamos transformar e impulsar por la acción del Espíritu Santo. La justicia y la paz son dones de Dios a la humanidad, pero su realización y concreción requieren el testimonio de hombres y mujeres que sean tierra buena, dispuesta a recibir y acoger la buena semilla de la palabra divina.