Palazuelos, quema del Boto

07/08/2017 - 11:59 Luis Monje Ciruelo

Tuvo su origen en la protección de San Roque al pueblo en pleno Medievo en una epidemia de peste.

Entre tantos festivales medievales como se celebran en nuestros pueblos, he lamentado que no exista el de mi Palazuelos familiar, quizá el único pueblo de España que conserva en aceptables condiciones su castillo y sus murallas, por lo que no haría falta un gran presupuesto para crear el ambiente adecuado. En realidad, tiene preparado el mejor marco medieval desde que hace cinco siglos terminaron los Mendoza de construir castillo y murallas como certifican los escudos en piedra de las cuatro puertas de acceso: Del Monte, De la Villa, de la Fuente y De la Vega. Y cuenta con una animosa Asociación Cultural “La “Quema del Boto”, que es medieval por sus orígenes y por su escenario. Por sus orígenes, a raíz de la protección de San Roque en el siglo XV en una epidemia de peste que causó muchas víctimas en el Valle y ninguna en Palazuelos. Y lo es por su escenario, sobre todo en la Puerta de la Villa, que es puro Medioevo, con una hornacina entre la hiedra con la imagen del Santo y ante ella una lamparilla permanentemente encendida como homenaje y recuerdo de la protección de San Roque hace cinco siglos. Una comitiva de damas, nobles e hidalgos, entrando por la Puerta de la Villa con trajes de la época sería el mejor reclamo del futuro festival medieval de Palazuelos. La “quema del boto”, que se hace la medianoche de la víspera de San Roque, en la Puerta de la Villa, en un puro ambiente medieval,, recuerda y evoca simbólicamente la época en que el fuego era la única defensa ante las epidemias Tuvo su origen en la protección de San Roque al pueblo en pleno Medievo en una epidemia de peste. El Medievo, que siempre ha estado presente en esta histórica villa, ha reforzado su presencia con esta tradición de la “Quema del Boto”, que es una fiesta social y popular, y a la vez fuente de iniciativas comunales que reúne a los socios ausentes y es mantenida y fomentada por la Asociación que lleva su nombre. La Asociación cultural, “Quema del Boto,”mantiene con ilusión la tradición que le da nombre pese a la creciente dificultad de encontrar botos para la quema. Esperemos que de una de esas reuniones, surja la iniciativa del festival medieval, pese a que el descenso de habitantes no sea la mejor perspectiva para aumentar el número de socios.