Poeta en Sión


 En 2021 se cumplen mil años del nacimiento de uno de los sabios más trascendentales de la Historia y, a la vez, más desconocidos. Hablamos de Salomon Ben Yehudah Ibn Gabirol. 

Como historiadoras del programa Shalom, en Televisión Española, las Hermanas Lara nos sentimos muy interpeladas por todas las conmemoraciones vinculadas con la religión judía y el sefardismo. En 2021 se cumplen mil años del nacimiento de uno de los sabios más trascendentales de la Historia y, a la vez, más desconocidos. Hablamos de Salomon Ben Yehudah Ibn Gabirol. 

Fue filósofo, traductor y poeta. Y es muestra del esplendor cultural del judaísmo en al-Andalus. Nació en Málaga en 1021, aunque su familia era cordobesa. Precisamente su familia decidió trasladarse de la capital califal cuando este poder empezaba a erosionarse. En 1031, cuando Ibn Gabirol, con 10 años de edad, estaba ya inmerso en la creación poética, el Califato de Córdoba se desintegraría en los reinos de taifas. Estos entes pactarían treguas con los reinos cristianos mediante el pago de impuestos y, en el último tercio del siglo XI, tendrían que afrontar que los almorávides (grupos rigoristas del Corán) intentaran arrasarlos o pasarlos a cuchillo a todos, tanto a los partidarios de la cruz, como de la estrella, como de la media luna.

El viaje sería decisivo en la biografía de Ibn Gabirol. Siendo adolescente, marchó a Zaragoza. Se quedó muy pronto huérfano de madre y padre. En la ciudad del Ebro empezó a tener mecenas, tónica que seguiría durante el resto de su existencia. Sequtiel, el visir judío del rey zaragozano al-Mundir II, le dio protección y, a su defunción, tanto lloró Ibn Gabirol, que le compuso una elegía. Pero, ¿por qué la gente le tenía tanta manía? La envidia hizo que los rivales de profesión que no podían igualarlo lo involucraran en calumnias, y muchas veces por culpa de la ambición de aquellos se quedó sin sustento económico, tocándole pasar mendicidad. Sus versos hablan de Dios y del universo, aunque también en las estrofas expresa el lamento por los obstáculos que tenía que superar por culpa de sus detractores, asemejándose el tono al libro de Job. “Estoy enterrado, pero en un desierto. En mi propia casa está mi ataúd”. 

Tan seguro estaba del oficio intelectual al que quería dedicarse que, con 16 años, expresó: “Yo soy el maestro de la poesía y ella es mi esclava”. Su objetivo era llegar al Creador a través de la cultura, como tiempo atrás hiciera el rey Salomón.

Del mismo modo se distinguió Ibn Gabirol en el ámbito educativo, fue preceptor y resumió en 5 pasos el camino hacia la Sabiduría: primero, el silencio; segundo, escuchar; luego, recordar; en cuarto lugar, practicar, y por último enseñar a los demás. Máxima que luce en la vidriera del Centro de Estudios Ibn Gabirol, Colegio Estrella Toledano, en Madrid, que es la única escuela judía en España para niños de 1 a 18 años.

En este siglo XXI en que se apuesta por el bilingüismo, cabe señalar que Ibn Gabirol fue bilingüe de árabe y hebreo, además de tener amplios conocimientos de arameo y de la herencia grecolatina. Entre sus obras están La corrección de los caracteres, de carácter ético, Corona real, donde canta las maravillas de Dios, y Selección de perlas, con refranes recopilados desde la civilización hindú a la Península Ibérica. 

Ibn Gabirol escribió el primer tratado de filosofía judía en al-Andalus. Se titulaba Fons vitae, Fuente de la vida. Y en él meditaba sobre Dios, el mundo y el ser humano, exponiendo la universalidad de la materia. Este pensador trajo al Occidente medieval a Platón, al neoplatonismo con Plotino, e igualmente a Aristóteles. A su juicio, todas los seres (incluidos los ángeles y el alma) estaban formados por materia y forma. La única excepción era Dios. 

Fue tan amplia su producción que, hasta mediados de la centuria decimonónica, se pensaba que este personaje eran dos: el filósofo hispano-árabe Avicebrón y el poeta judío Ibn Gabirol. Realmente era filósofo cuando escribía poesía y poeta al reflexionar filosóficamente...

Su vida fue una lucha continua para conseguir la alegría en los huecos de paz que sus contrincantes le dejaban. Sufrió bullying y mobbing, acoso escolar y laboral. Los malos compañeros se metían con él por su baja estatura, por no ser atractivo y por las lesiones en la piel que tenía, pues padeció mucho a causa de una tuberculosis cutánea. 

Estaba convencido de que el Juicio Final era un duelo entre el cuerpo y el alma, y en su etapa final soñaba con viajar a Egipto, Babilonia y la tierra de Israel para instalarse en Sión. De ahí la denominación de este artículo rememorando el poemario de Lorca, Poeta en Nueva York, compuesto en 1929-1930 durante su estancia en la universidad de Columbia. 

Federico García Lorca, el poeta y dramaturgo de la generación del 27, fue asesinado en el Camino de Víznar a Alfacar, en su provincia natal de Granada, con 38 años.

A Ibn Gabirol- que renovó la prosa y la poesía del siglo XI e intentó potenciar el aprendizaje del hebreo- la pista se le pierde desde los 37 años de edad. Como mucho viviría hasta los 50. Se especula que murió en Valencia, asesinado por un poeta que lo odiaba. Y, ante la falta de datos fidedignos, surgió una leyenda que sostenía que, en el lugar donde fue enterrado el malagueño, creció una higuera que daba dulces frutos. 

Con su riqueza de conocimientos, sus experiencias límite y su bagaje haciendo de la moral una vía de perfección, hoy podría dar lecciones de autoayuda. Aparte de centros educativos, en Tell Aviv Ibn Gabirol tiene una avenida, en Cesarea una efigie y en Málaga una calle y una estatua. Se han hecho recitales sefardíes de su lírica y hasta ha estado presente en un espectáculo rock.