Ponencia de la UNED sobre estrategias para prevenir los riesgos de menores abusados y abusadores

16/07/2020 - 11:53 Redacción

Las ‘Estrategias de prevención y afrontamiento de los menores en riesgo y del riesgo para los menores’ es el título de la Jornada de verano que el Centro Asociado de la UNED de Guadalajara en colaboración con el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares han llevado a cabo durante los días 13 y 14 de julio. En ambas jornadas se han abordado aspectos relacionados con la atención a los menores, tanto cuando son víctimas de malos tratos como cuando son verdugos. Los psicólogos y profesores Javier Urra, José Luis Sancho y Beatriz Urra han sido los encargados de presentar una realidad con dos caras que a los progenitores les resulta difícil comprender.

Javier Urra habló sobre aspectos como la violencia de género –en la que están directamente implicados los menores-; el acoso escolar; el riesgo de suicidio; las sectas y el fanatismo; y los riesgos producidos por un déficit de naturaleza. El conocido psicólogo afirmó que "la sociedad tiene la infancia sublimada" y se refirió a casos mediáticos en los que queda patente que los menores sufren abusos desde diversos ámbitos, sobre todo el familiar. Ejemplos extremos que concluyen con la muerte del menor sirvieron para que dijese de forma contundente que "la maldad existe y no es extraño conocer a progenitores que no quieren a sus hijos". Cuando el Estado o las comunidades autónomas retiran la custodia de un hijo, “nunca es porque sean pobres, detrás siempre existe una situación compleja de desentrañar”.

También habló de los principales problemas que padecen los menores e incluyó temas de actualidad como la permisividad de la sociedad en general con el consumo de alcohol, las casas de apuestas -cuya publicidad regulará próximamente el Gobierno Central-, o los intereses económicos y comerciales que subyacen detrás del incremento de casos de enfermedades como la anorexia y la bulimia.

 

Adicciones y nuevas tecnologías

La segunda jornada desentrañó otro tipo de realidades como la adicción de los menores a las drogas y la forma de afrontarla que tienen los progenitores. Aquí, José Luis Sancho, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y director Clínico del programa recURRA-GINSO, manifestó su preocupación por datos del Observatorio Nacional sobre Drogodependencias, que, en su última publicación, arroja datos "alarmantes sobre el consumo de las denominadas drogas legales -alcohol y tabaco- entre los menores". "El 77,5% de las chicas y el 74,1% de los chicos consumen alguna de estas sustancias", afirmó antes de destacar que el 25,9% de las chicas y el 29,2% de los varones consumen cannabis. La edad de inicio en el consumo también es preocupante. En el alcohol se sitúa en los 14 años y en el tabaco en los 14,1 años.

Sobre un tema más actual, dijo con rotundidad que "no existe la adicción a las tecnologías, porque la tecnología no es una droga". Quienes la consumen de forma excesiva, "son abusadores de tecnología". Para sustentar esta afirmación explicó que los niveles de dopamina que se generan en el cerebro frente a una pantalla no son comparables con otras sustancias como la metanafetamina u otras drogas y desmotó los mitos sobre esta supuesta adicción.

 

Violencia filio-paterna

Beatriz Urra, licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid y Máster en Terapia Familiar y Pareja Sistémica por ITAD, trabaja desde 2012 como en intervención individual, pareja, familiar y grupal en recURRA. En su intervención habló sobre un aspecto controvertido dentro de las relaciones familiares: la violencia filio-paterna.

"Este fenómeno es de creciente interés por el aumento de la demanda, pero queda mucho por trabajar e investigar", comenzó diciendo la terapeuta, quien afirmó que "el incremento de este tipo de violencia es alarmante". La violencia filio-paterna siempre ha existido, pero "el aumento de denuncias indica un cambio cualitativo porque aparece en familias supuestamente 'normalizadas'".

Algunas de las características de estos jóvenes que agreden a sus padres de forma física, psicológica, económica o material son la ausencia de enfermedad mental, de consumo de sustancias tóxicas y de incidentes judiciales. Aludió a la sobreprotección como factor recurrente en la violencia filio-parental y a la dificultad de los padres para admitirla.