¿Qué personaje de ficción es más rico?


Una de las preguntas que más a menudo me hacen es saber cómo decido o cómo enfoco los distintos artículos que aparecen en Nueva Alcarria cada quincena. Para aportar desilusión lectora (y orgullo escritor), tengo que reconocer que no hay un plan establecido. En la temática de hoy, y fruto de la sugerencia de algunos de los lectores que escrudiñan estas líneas, planteo la pregunta que todo niño interior se cuestiona y que nadie se atreve a preguntar: ¿Cuál es el personaje de ficción más rico de todos los tiempos? En contra de lo que pueda parecer, es una cuestión más común de lo que parece y que tiene su principal fuente de consulta en la biblia del patrimonio. Forbes tiene un ránking que cada año ordena los patrimonios de mentira más importantes en base a la evolución de comics, películas o interpretación aurea de los sueños de los distintos creadores. Bienvenidos a Forbes Fictional 15. Mitología y folklore excluidos. Solo valen personajes de ficción.

Cabe destacar que hace años se descalificó (por abusón) a Papá Noel, ya que se le considera un patrimonio infinito (un tío que lleva casi 1.700 años haciendo regalos a todo el mundo ya ha visto los créditos finales del juego), por lo que no cuenta para el escalafón. Entre los más acaudalados, entre otros, destacan el Gran Gatsby (1 Billón de dólares), el Sr. Monopoly (1,2B), Lara Croft (1,3B), Walden Schmidt de la serie Dos Hombres y Medio con 1.3B, el Sr. Montgomery Burns de los Simpsons (1,5B), Christian Grey conocido por sus sombras con 2,5 Billones, Bruce Wayne (alter ego de Batman) a través de industrias Wayne con 9,2 billones, el cual no llega a las cifras que mueve Tony Stark con su empresa homónima (12,4 billones). Eso sí, en el Top 3 aparecen Carlise Cullen, patriarca del clan vampírico de la saga Crepúsculo (46 Billones), medalla de plata para Smaug, el dragón del señor de los anillos con síndrome de Diógenes con un patrimonio conservador de 54.1 billones y, liderando el ránking, record absoluto un año más y sirviendo de ejemplo a sus tres sobrinos, el tío Gilito con 65.4 billones de dólares. Estamos hablando de un pato que ganó su primera moneda de 10 centavos en 1877 como limpiabotas y que, a día de hoy, (aunque en ficción falleció con 100 años en 1967) tiene una bóveda de monedas de oro para bucear que sirve solo para guardar el circulante. Esta lista tiene su lógica interna, pero podría ser perfectamente discutible en un encuentro entre otakus y opinadores. Por ejemplo, echo de menos a Namor/Aquaman, ya que el valor en recursos de los océanos debe superar ampliamente a cualquiera de esta lista. También faltaría T’Challa (Black Panther), ya que el precio de todo el vibranium (mineral ficticio) en los comics se estimaría en trillones de dólares; así como no me quiero imaginar el coste de construir tu propia Estrella de la Muerte en el universo Star Wars, por lo que, Darth Vader o Palpatine deben ir con la billetera llena por la vida. Entre los más “mundanos” faltarían algunos clásicos como Danny Rand (Iron Fist), Wilson Fisk (Kingpin), Lex Luthor, Oliver Queen (Green Arrow), Richie Rich (interpretado por Macaulay Culkin en el cine), Reed Richards (Mister Fantástico) o Victor Von Doom (Dr. Doom y tirano de Latveria), pero eso se deja para cualquier sobremesa.

Lo que es acojonante es que la gran mayoría de estos “héroes de ficción” fueron creados hace varias décadas (Iron Man es de 1963, Batman de 1939...) con unos patrimonios tan absurdos en origen que sus riquezas no debían ser motivo de conversación, sino que lo importante eran sus rasgos psicológicos o circunstancias personales. “Si, soy rico, ¿y qué?”. A día de hoy, ninguno de los previamente descritos estaría en el Top10 mundial de millonarios REALES. Estamos hablando que Bernard Arnault (Louis Vuitton) maneja 211 Billones, Elon Musk (Tesla) acumula 180 billones o que Jeff Bezos (Amazon), divorcio mediante está en 114 “Billions”. Tíos de carne y hueso. Hasta Amancio Ortega tiene más que Mr. Duck. Dicho en pocas palabras, ni los más locos y creativos del arte imaginaban hace 50 años que hubiera tal acumulación de riquezas en tan pocas manos o que lo más disparatado de lo onírico fuera, simplemente posible. Para la reflexión. Eso sí, estos días queda claro que no todos los héroes llevan capa y hay cada vez más villanos que han hecho negocio con las mascarillas. Que ganas de meterlos a todos (de cualquier color) en la cárcel de Genosha Bay y tirar de la cadena. Al final tenía razón el tío Ben: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, hijos de fruta”.